CAMBIO DE HABITOS/ MILLONES DE BOLSAS DEJAN DE CONTAMINAR

UNA SEMANA SIN BOLSAS PLASTICAS EN PUERTO DESEADO
Quienes habitan la ciudad ubicada al borde de la ría Deseado y quienes visitan sus alrededores observan, desde hace mucho tiempo, que las maravillas de la naturaleza alternan con miles y miles de bolsas plásticas. Las espinas de las plantas de calafate se especializan en retener este material contaminante, que permanecerá sin alteraciones durante los próximos doscientos años.
El concejo deliberante deseadense, a partir de una iniciativa de la edil Myriam Alonso, determinó en diciembre pasado que habría un lapso para que la población fuera acostumbrándose a vivir sin las tradicionales "bolsas camiseta". Así lo determinó la ordenanzan 4823/07, que otorgó un plazo de seis meses para eliminar totalmente la entrega de este tipo de bolsas en los comercios y locales con venta al consumidor.
La medida comenzó a cumplirse el viernes 1 de agosto, con las dificultades lógicas de la adaptación a un nuevo sistema de transporte de mercaderías de consumo habitual. La falta de cajas de cartón y la imprevisión de quienes todavía no se acostumbran a esta medida trajo algunos inconvenientes y molestias, pero al paso de los días la población ha ido adaptándose.
Más allá de algunos reparos ante el cambio producido, los números son contundentes: alrededor de treinta millones de bolsas de polietileno dejarán de circular anualmente en Deseado. Si esto se acompaña con eficaces y permanentes campañas de limpieza de los espacios públicos, los resultados se verán en pocos meses.

Mano de obra
Por otra parte, el municipio, a través del taller textil "Manos deseadenses", había anticipado la confección de bolsas de tela, que generan trabajo local y al mismo tiempo resuelven parte del problema de los usuarios. Esta tarea, que ya se había iniciado, sufrió alguna demora en los últimos meses, aparentemente por falta de materia prima.
En algunos comercios, sus empleadas aprovecharon las bolsas grandes en las que reciben papas o cebollas, confeccionando otras artesanales, más pequeñas, para facilitar las compras cotidianas de su clientela. En ese aspecto, algunos comerciantes manifestaron su preocupación por una eventual reducción de los volúmenes de ventas por cliente. Otros apostaron, ya hace un tiempo , a las bolsitas de papel. En otros rubros, como farmacias, optaron por el tradicional envoltorio con papel y cinta adhesiva. ¿Volverán aquellos diestros empleados de la sección "empaque", con el papel de estraza y el hilo de algodón blanco, como en las tiendas de otras épocas?