ROMANÍN: EN SANTA CRUZ “LAS INSTITUCIONES NO SE RESPETAN”
En una entrevista concedida al diario El Tribuno de Salta, Monseñor Juan Carlos Romanín cuestionó la manera de hacer política en la provincia del Presidente. Pidió que se respeten las instituciones y respuestas rápidas a los reclamos populares. “Estoy en nombre de Dios acompañando un grupo de gente”.
La crisis social producida en Santa Cruz convirtió al obispo Juan Carlos Romanín en una figura nacional y se lo presentó como referente de la oposición al presidente Néstor Kirchner. "Me duele cuando interpretan que quiero moverle el piso al presidente" , dijo al dialogar con El Tribuno. Romanín consideró, sí, que en su provincia "las instituciones no se respetan" , y ratificó su compromiso con "la opción por los pobres y con los derechos humanos" . Además, sostuvo que encabezó la manifestación de empleados estatales hace dos semanas "porque fue una posibilidad que Dios puso en mi camino" . El religioso destacó "aliento con fuerza a los laicos para que asuman un compromiso político" y aclaró "sólo quiero estar cerca de la gente" . "Todos tienen las puertas abiertas porque quiero que el obispado sea la casa de todos", señaló.
- Usted hizo hace pocos días una advertencia muy severa acerca de la situación de la provincia. ¿Cómo caracterizaría el nivel de la crisis social en Santa Cruz a la que se refirió?
-Yo no soy político ni politólogo. Lo que describo es fruto de lo que converso con la gente, y de lo que camino por las calles. En estos últimos ocho meses se ha llegado a una crisis muy profunda; incluso, en marzo, abril y mayo, llegó a picos muy agudos. De hecho, hubo un cambio de gobernador, algo que para quienes vivimos en Santa Cruz es muy delicado porque ya pasaron tres gobernadores en este período. Eso denota que las cosas no están bien, que las instituciones no se respetan, que no coinciden los tiempos de la gente con los tiempos de las decisiones. Por cierto, las respuestas se hacen esperar mucho y eso complica bastante la situación . Lo que si surgió -y es muy notable- es el quitarse los miedos de la gente para salir a la calle a manifestarse públicamente, algo que según me contaron, antes no sucedía. Eso es muy fuerte porque las últimas convocatorias fueron multitudinarias y espontáneas.
- Ante estos acontecimientos es fácil interpretar que se ensaya una crítica al presidente, porque se trata de su provincia. Sin embargo, lo que se pone de manifiesto es una dificultad generalizada para consolidar instituciones, a nivel nacional
-Si, sucede eso . Uno lo va constatando a medida que pasa el tiempo y se va viendo que los problemas se dilatan, que las soluciones se posponen, que tenemos maneras distintas de pensar; y pareciera que pensar distinto es crear oposición o rivalidad con el Gobierno . Eso no es cierto. Yo soy un convencido de que vivimos en una sociedad pluralista donde todos deseamos lo mejor pero por caminos diferentes. Eso es muy claro y notable. No creo que nadie quiera el mal para los pobres o pretenda frenar el desarrollo para la provincia, para nada. Que después los caminos y los tiempos sean distintos, bien, es importante una variable de participación democrática que puede ser muy positiva, con una ciudadanía activa.
- Hay quienes lo ven como un líder político opositor ¿qué opina al respecto?
- Si, bueno a mí me dolió mucho lo que se dijo en algunos medios, pero nunca surgió de declaraciones mías. Hace poco se dijo que yo le estoy "moviendo el piso al presidente"; es algo muy agresivo para mí, y es totalmente ajeno a lo que pienso, a lo que quiero, a lo que tengo que hacer como obispo. Evidentemente, cada uno hace su lectura de lo que está pasando y de lo que yo hago, obviamente. Se sabe además qué hago a cada momento y con quién hablo; yo me siento absolutamente libre de todo lo que digo, pero hay ciertas malas interpretaciones que duelen. Pienso que lo más doloroso de todo este tiempo fue eso, el mal interpretar palabras, gestos_.
- Muchos medios interpretaron que usted actúa en coordinación con el cardenal Jorge Bergoglio a quien se lo ubica como la principal figura opositora a Kirchner
- Sin embargo, yo a Bergoglio lo conocí recién ahora que me nombraron obispo. Ahora si, nos vimos varias veces y somos amigos. Por mi historia y mis estudios tengo varios amigos que son obispos. Quizá me sienta más cercano al pensamiento del obispo de Lomas de Zamora, Radrizzani.
-Aquí su exposición pública lleva a reflexionar sobre cuál es la divisoria entre el compromiso político y la pastoral en el desempeño de un obispo
-Yo hago el mayor esfuerzo posible por interpretar lo que Dios nos está pidiendo en este período de la historia, a partir de su Palabra. Soy conciente que estoy en nombre de Dios acompañando un grupo de gente. Dios algo me está diciendo. He rezado mucho y a través de la palabra vimos momento a momento lo que debía decir. Y, por otro lado, soy conciente de la necesidad del compromiso y por eso movilicé mucho a los laicos para que asuman responsabilidades concretas en la política, porque les corresponde. Y en eso si estoy insistiendo. De hecho sé que en muchos surgió esta inquietud y algunos son candidatos.
-Inevitablemente su actuación pública lleva a asociarlo con el rol de monseñor Joaquín Piña en Misiones, ¿encuentra similitud entre su trabajo y lo que él protagonizó?
- No estoy muy seguro. Quizá la incidencia política nacional que alcanzó él fue muy fuerte; tanto, que marcó un antes y un después en muchas cosas. Su actitud representó un despertar para muchos acerca de muchas realidades. Yo para nada estoy en esa línea de compromiso. Si bien hubo oportunidades que Dios me puso en el camino, como por ejemplo, la del 21 de agosto, de que toda la multi-sectorial de Santa Cruz le pida al obispo que salga al frente a hablar, eso es un regalo de Dios. Pero fue algo concreto. Lo de Piña fue todo un proceso. Joaquín fue candidato. Acá es simplemente la persona del obispo que está, que escucha, con lindos vínculos, y también con gente que no me quiere.
-Llama la atención que algunos dirigentes locales, como Varizat, tuvieron actitudes ofensivas contra usted y desde el Gobierno Nacional en general, hubo más prudencia
- Yo trato de tener una relación personalizada; entonces puedo hablar de los tres gobernadores. Con cada uno de ellos, Acevedo, Sancho y Peralta, mantuve una muy buena relación. Claro, con Sancho, después de lo que sucedió, se hizo un silencio prudencial, creo que por respeto mutuo. A nivel nacional, el presidente me retrucó en público en su momento, pero la verdad es que mantengo un dialogo frecuente con los ministros de la Nación , y es una comunicación sincera, respetuosa y cordial.
-La otra comparación que se hace se refiere a los obispos que en la década del 70 levantaron la denuncia social hasta un nivel extremo ¿Cree que son experiencias diferentes?
- Creo que son etapas diferentes de la historia. A mi me marcó mucho en mi vida sacerdotal monseñor Jorge Novak; cuando me ordené fui a la diócesis de Quilmes y estuve 6 años con él. Incluso hay toda una línea de defensa de los derechos humanos que te marcan opciones en el corazón. La opción por los pobres es algo de lo que yo no tengo dudas y eso, es fruto de que alguien me marcó la vida.
-Llevamos 24 años de democracia sin embargo, todavía la democracia no termina de madurar ¿Qué análisis hace de esta situación?
- Juan Pablo II dijo que "cuando una democracia no respeta los valores esenciales de la persona se transforma en dictadura" o sea, la dictadura no está solo atada a los militares sino que también, puede venir de muchos otros lados. Por eso , hay que tener mucho respeto por las instituciones democráticas . Es lo que más pido: que se tenga respeto por los períodos de un gobernador, por las instituciones propias de una vida en la que disentimos pero respetamos.
- Alberto Fernández contestó ante las críticas de la iglesia que, "la iglesia ahora habla y en otra época se calló" referido a la época de la dictadura ¿qué siente cuando escucha esa respuesta?
- Indignación e injusticia. Porque, es verdad que hubo gente de la Iglesia que estuvo a favor del proceso militar. Pero es verdad también que muchos otros murieron. No se puede ignorar el sacrificio de personas como Angelelli, Mugica y muchos otros. No se puede pasar por alto el compromiso de obispos como Novak. Yo conozco curas salesianos que murieron en las villas cuando estaban laburando con los pobres. Entonces, es injusto que digan eso. Es como si lo dijeran ahora. Porque ahora, no es que cambió mucho el episcopado: hay gente que está a favor y gente que está en contra. Pero eso es normal porque somos humanos y tenemos derecho a pensar distinto. Después vendrá el compromiso personal y el lugar donde uno está. Quizá si esto que hice en Santa Cruz lo hubiera hecho en Avellaneda no se enteraba nadie.
El perfil
Juan Carlos Romanín cumplirá 53 años en noviembre. Es sacerdote desde hace 26 años y obispo de Río Gallegos desde hace dos. Es un salesiano de excelente formación intelectual y de perfil moderado. Sin embargo, su temperamento conciliador no fue obstáculo para que asumiera un compromiso frontal en el conflicto social producido en la provincia del presidente Néstor Kirchner. En un país huérfano de una orgánica oposición política, la figura de un eclesiástico con proyección nacional resulta significativa y convocante.
El 21 de marzo, en plena huelga de los estatales santacruceños, advirtió que "la paz social se encuentra amenazada" , lo cual provocó una airada respuesta del presidente Néstor Kirchner. El ministro de Gobierno provincial, Daniel Varizat, le sugirió un tratamiento psiquiátrico. Cinco meses después, el ya destituido funcionario atropelló con su camioneta a decenas de manifestantes. Romanín recordó, entonces, la necesidad de respetar "la clave de paz, repudiando todo tipo de violencia " y " la necesidad de instituciones que funcionen, el ejercicio de ciudadanía plena y la urgente independencia en los tres poderes del Estado" .(Agencia OPI Santa Cruz)
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