Viajan por el mundo, de Medio Oriente a Alaska
A dedo, llegaron a Puerto Deseado y van hacia Ushuaia
Juan Villarino -escritor- tiene un apellido que habla de viajes y aventuras. Junto a su compañera, Laura, nativa de San Nicolás de Los Arroyos (provincia de Buenos Aires) y licenciada en Turismo, iniciaron en el 2005 una gran aventura. Se propusieron recorrer el mundo "a dedo", y lo están logrando. Esta semana llegaron a Puerto Deseado, desviándose de la ruta 3 para encontrarse con los personajes y las historias que pueblan la ciudad de la ría.
"En mayo del 2005 me subí a un velero en Belfast, Irlanda del Norte, con destino a Escocia. Era el comienzo de mi soñado viaje a dedo alrededor del mundo", relata en su página web el joven viajero. "Desde entonces he vagabundeado, con un presupuesto de 5 dólares diarios, a través de Europa, Medio Oriente, (incluyendo Irak, Irán y Afganistán) China, Tibet, India, Tailandia y, ahora, Sudamérica", dice con entusiasmo.
Al volver a la Argentina conoció en Salta a Laura, y con ella inició el nuevo derrotero desde Argentina hasta Groenlandia. "Creo en la paz y la interdependencia, y en el viaje como estilo de vida. Todos los viajeros somos parte de la misma gran caravana", declara cuando le preguntan por las razones de esta elección. "Nuestra idea es demostrar la hospitalidad del ser humano, que es la premisa que mueve este proyecto", acota.
En declaraciones a Prensa Libre, Villarino dice que "estamos buscando el extremo sur del continente, que es Ushuaia, y luego rebotamos empezando un muy lento ascenso por la columna vertebral del continente, que es la cordillera de los Andes, por la ruta 40 y luego entrando en Bolivia, Perú, Ecuador, el Amazonas y toda centroamérica hasta llegar a Alaska". "No queremos detenernos solamente en los lugares tradicionales, sino también ingresar en otros lugares donde también hay gente que tiene historias que contar, donde también hay lugares lindos para conocer, y por eso estamos acá en Deseado", explica la joven licenciada en turismo al detallar los motivos que los llevaron a tomar la ruta nacional 281, que conduce a la ciudad de la ría.
Sobre las herramientas que les permiten comunicarse en países tan diferentes y a lo largo de más de noventa mil kilómetros hasta el momento, explican que "entre los dos hablamos español, inglés, italiano y alemán", y aclara que "muchas veces no nos alcanzan para entrar en contacto con la gente del lugar", mencionando que "en Medio Oriente se habla árabe, turco, persa, y hay que aprender lo básico de cada lugar". "Es lindo tener que aprenderlo... no lo vemos como un problema sino una oportunidad para conocer pueblos fantásticos e historias de personas", subraya Villarino. "La gente valora muchísimo el esfuerzo que hacemos para comunicarnos en su propio idioma y eso nos abre las puertas a conectarnos con gente de cualquier clase social", agrega Laura.
Una anécdota en el Sahara
En tono ameno, el viajero escritor recuerda que "una vez en el Sahara, unos granjeros nos preguntaban si en Argentina también había estrellas, y si no hubiéramos conocido el contenido y el sentido de esa palabra, nos hubiéramos perdido esa cosmovisión que hay en otra parte del mundo".
Imagen argentina
Laura reconoce que "la imagen de los argentinos es distinta según los países que uno visita, y es bien sabido que en algunos pueblos estamos mal vistos, y es una fama que no nos gustaría tener". "El argentino tiene esa fama de creerse mejor que el resto, pero en realidad somos un poco diferentes, tenemos un pasado tan ligado con la inmigración que a veces no nos hace sentir esa conexión con la tierra que sí tienen otros paises latinoamericanos como Bolivia, Perú o México", agrega.
En este sentido, confirman que "en muchos lugares unen la palabra Argentina con Maradona, o nos relacionan con el tango, o nos encontramos con alguien que ha estudiado historia y nos dice Evita Perón". "También hay mucha gente que no tiene noción del lugar donde se encuentra la Argentina, y por eso andamos con el planisferio para orientarlos", apuntan.
Proyecto educativo
"Llevamos además con nosotros un ambicioso proyecto educativo itinerante que apunta a la realización de proyecciones fotográficas y charlas en pueblos, aldeas, escuelas periféricas, barrios y orfanatos que visitamos en nuestro viaje a dedo entre Argentina y Groenlandia. No estamos solos con esto, sino el proyecto se sostiene con el apoyo institucional del Movimiento Mundial para la Salud de los Pueblos y con donaciones de lectores comprometidos con la causa", plantean al referirse a las charlas que dictan en diversas escuelas e instituciones. En estos días tienen previsto hacerlo en establecimientos educativos de Puerto Deseado y en la Fundación Conociendo Nuestra Casa.
"Compartiendo las imágenes de la vida cotidiana de los países ya visitados durante la vuelta al mundo, mostramos la hospitalidad recibida y transmitimos el mensaje de que un mundo mejor no sólo es posible, sino que ya existe. Además, promovemos el viaje como vehículo de conocimiento. Al menos cuando hablamos ante chicos de nivel secundario, intentamos transmitirles la curiosidad por viajar. No queremos mostrarnos como heroicos protagonistas de otro mundo, sino decirles: ¡con esfuerzo todo es posible, anímense ustedes también!", concluye Juan Pablo Villarino -autor del libro "Vagabundeando en el Eje del Mal"- antes de iniciar su recorrido por la comarca deseadense en busca de nuevos relatos, nuevas historias y nuevos personajes.
Para mas informacion y para adquirir los libros de Juan Pablo Villarino
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