Hoy, 11 de septiembre, se cumple un siglo desde que el talento y la visión de estadista de Ezequiel Ramos Mexía, ministro de Obras Públicas del presidente Figueroa Alcorta, lograra la sanción, por parte del Congreso Nacional, de la Ley 5.559, "de Fomento de los Territorios Nacionales". No fue solamente la creación del ferrocarril Deseado-Las Heras, sino el más ambicioso proyecto de desarrollo de la Patagonia Argentina. La ley 5559 es una deuda que la Nación todavía no le ha pagado a la Patagonia. En los últimos cien años se han aplicado medidas, se han diseñado políticas, se han puesto parches, pero Argentina todavía espera un nuevo Ramos Mexía que retome aquellas poderosas ideas de 1908.
Escribía por 1921 Ezequiel Ramos Mexía que esta ley "...Nació con el Ministro de Agricultura, como un plan de aplicación de la tierra fiscal al desenvolvimiento de la riqueza nacional. Las obras eran de accesoria, servían de instrumento para una preparación económica previa a la distribución de tierras, a fin de utilizarlas en la forma mas amplia posible, para que rindieran el máximo de provecho..."
"...Lo principal era la nueva política agraria que esa ley iniciaba, separándose por completo de todo procedimientos aplicados hasta entonces..."
De esta forma, la ley elegía el procedimiento mas sumario, expeditivo y eficaz para pasar al dominio privado la tierra de propiedad fiscal. El plan consistía en realizar "...la venta directa de las tierras fiscales, en remate público pagaderas a largo plazo y sin ninguna obligación que mantenga relación jurídica entre el gobierno y adquirente, quedando constituida sólo una hipoteca favor de la Tesorería, o mejor aun, del Banco Hipotecario Nacional, que cobraría por cuenta de ella, cuotas fijas mediante una comisión suficiente para cubrir sus gastos...”
"...Los remates sé harían sobre tierras medidas y amojonadas, como para pasar al dominio privado sin dificultades de deslinde, y en lotes de superficie variable de acuerdo con la calidad de las ofrecidas. Esos lotes no serian tan pequeños como para hacer improductiva la explotación, ni tan extensos como para dar margen a al acaparamiento o la especulación..."(Ezequiel Ramos Mexía)
La ley autoriza la construcción de las siguientes líneas ferroviarias: a) desde San Antonio hasta el lago Nahuel Huapi, b) desde Puerto Deseado hasta empalmar con la línea interior pasando por la colonia San Martín y desprendiendo ramales a Comodoro Rivadavia, pasando por la colonia Sarmiento, otro al lago Buenos Aires y otro a colonia 16 de Octubre.
Presentada el 29/05/1908 en la Cámara de Senadores, la ley proyectaba puertos en el Atlántico y el tendido de los ferrocarriles desde esos puertos hasta los valles cordilleranos acompañados con obras de endicamiento el río Neuquén y los canales de regado del alto valle del río Negro.
Los ferrocarriles cuya construcción disponía esta ley, estaban destinados a establecer el equilibrio económico, la cohesión política y social de la Argentina austral, al unir con el riel las diferentes regiones geográficas que la forman, vinculando la precordillera y la costa que aparece separadas y divorciadas entre si, por la región mediterránea y desierta que se interpone. Por ello, se la bautiza como "Ley de Fomento de los Territorios Nacionales".
Las construcciones respectivas se iniciaron en 1908, al principio de la administración del presidente Figueroa Alcorta cuyo ministro de Obras Publicas era el doctor E. Ramos Mexía y se prosiguieron durante siete años, dando vida así a los primeros ferrocarriles de la Patagonia. (www.oni.escuelas.edu.ar)
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