EL ORDEN DIGITAL

El Colegio Argentino de Ingenieros de Minas se enojó con Enrique Lapadula

17/09 - 15:30 - Molestos por las comparaciones que hizo el cura párroco de Puerto Deseado donde aseguró que el negocio minero es como el tráfico de efedrina, los profesionales colegiados eligieron a OPI para hacer conocer una carta dirigida al sacerdote donde defienden la minería y atacan los argumentos esgrimidos por Lapadula en declaraciones públicas.

Después de calificar de “temerarias” las declaraciones efectuadas por el cura párroco de Puerto Deseado Enrique Lapadula, el Colegio Argentino de Ingenieros de Minas nos solicitó formalmente que le diéramos difusión a una nota dirigida al sacerdote, en primera instancia porque señalan no tener el correo personal de Lapadula y por tal motivo, al haber hecho públicas sus declaraciones donde comparó el negocio minero con el tráfico de efedrina, los Ingenieros Marcelo Bellini, Presidente de la C.A.D.I.M. y Mario Capello, Secretario de Prensa de la misma organización, decidieron dar a conocer la posición de la entidad, también de manera pública, al sacerdote.

Estimado Cura Párroco
de Puerto Deseado
Don Enrique Lapádula
Presente:

Desde el Colegio Argentino de Ingenieros de Minas, hemos visto con mucha preocupación que acaba de comparar a una parte del negocio minero, con el tráfico de efedrina. Lo dejaríamos pasar sin contestar, si esta injusta descalificación hubiera sido proferida por esa mezcla de fanáticos y oportunistas que recorren el país, atemorizando, mintiendo a sabiendas, financiados no sabemos por quién, con un claro objetivo: Prohibir la minería metalífera en nuestra patria.

Sin quererlo seguramente, vuestras declaraciones se sumarán a otras de igual desatino, remitidas a un significativo listado de mail que recorre el país y que forman partes de los falaces ataques contra la minería metalífera.

Por formación, Usted sabe como nosotros, que en lógica se da el nombre de falacia a ciertos razonamientos que, aunque incorrectos, son psicológicamente persuasivos, es decir, parecen correctos. Irving Copi al clasificar estas falacias, señala las del argumento ad verecúndian, que se produce cuando se apela al respeto que la gente tiene por una persona. Este es el caso.

Seguramente coincidirá con nosotros, que no podemos apartarnos de lo que representamos. En ese sentido, la Iglesia Católica representa a los mejores valores de nuestra sociedad. La ética de la solidaridad, la caridad, la verdad, la tolerancia y la búsqueda de la justicia, entre otras virtudes, nos devienen directamente del cristianismo. Lo que no quiere decir que en la historia, sus representantes en este mundo no hayan estado nunca equivocados. Sólo recordamos el caso Galileo Galilei, confinado de por vida por el Santo Oficio por sostener que la tierra se movía alrededor del sol.

La gente puede enterarse si se interesa por el tema minero, sin necesidad de tener que hacer “candombes” como acaba de manifestar. Tumulto no es sinónimo de verdad, tampoco Vox Populi es Vox Dei. La minería no contamina. La minería como todas las actividades del hombre impacta el medio ambiente, y a diferencia de otras labores que no hacen nada para prevenir, mitigar, rehabilitar, restaurar o recomponer, según corresponda, el medio alterado, a través de la ley nacional 24.585, la minería argentina se ajusta y cumple acabadamente con las D.I.A.(Declaración de Impacto Ambiental), que previo al inicio de cualquier emprendimiento, las autoridades provinciales deben emitir. Al menos es así, en la minería metalífera denostada en estos tiempos con total impunidad.

La Minería paga todos los impuestos, no tiene subsidios y otorga los mejores sueldos del país. Miles de compatriotas han podido dejar atrás las miserables pasantías, tener la mejor obra social, pasar a ser ciudadanos de verdad. Impuestos nacionales provinciales y tasas municipales, regalías para las provincias, desarrollo de cientos de proveedores locales y nacionales detrás de cada proyecto, trabajo profesional técnico y de servicios, sueldos en blanco, desarrollo de comunidades, inversiones en todo tipo de infraestructura social, pública y privada. Y todo ello, sin contaminar.

OPISANTACRUZ