Los buques que capturan calamar podrían no zarpar la próxima temporada
La pesca de calamares, en riesgo por la suba de costos- La rentabilidad del sector cayó en picada también por la baja del precio del producto.
La flota "potera", compuesta por un centenar de barcos que capturan el calamar, podría no zarpar la próxima temporada, desde febrero, debido a que los precios del producto han caído a sus mínimos en la década, mientras que los costos de operación muestran fuertes subas. Las cámaras de la pesca, en este contexto, piden medidas "urgentes" al Gobierno, comenzando por la baja de las retenciones.
El calamar es uno de los grandes recursos del Mar Argentino. Su captura suele mostrar grandes variaciones y este año hubo una explosión: aquí se capturaron 232.000 toneladas, mientras que tras la Milla 2001, los buques extranjeros habrían embolsado más del doble. Eso provocó un derrumbe de los precios internacionales, que de los normales 1.500 dólares por tonelada cayeron a 500 dólares. Sucedió así la paradoja de que los nacionales regresaron a puerto antes del fin de temporada: sobraba calamar pero no valía la pena pescarlo.
Ahora la flota se pregunta si valdrá la pena soltar amarras desde febrero. "La baja del precio y el aumento de costos conforman una mezcla explosiva que pone en peligro la subsistencia de todo el sector", señaló el titular de la Cámara de Poteros, Fernando Georgiadis. Coincidió Alfredo Pott, de la Cámara de Pesqueros Congeladores, quien incluso dijo que "el crecimiento desmedido de los costos logró anular el efecto positivo de la devaluación".
El del calamar se ve particularmente afectado porque la flota local enfrenta la competencia desleal de la llamada flota de la "Milla 201" y de los kelpers de las Islas Malvinas. Se trata de barcos de banderas asiáticas que pagan sueldos paupérrimos a sus marineros: 300 dólares al mes, contra los 3.000 dólares que aseguran pagar los locales. De acuerdo con Pott, el alza en el rubro laboral fue notable desde 2001, a punto de representar 50% del costo total en un buque potero, contra 33% de principios de la década.
Pero los salarios no son los únicos gastos que desvelan a los empresarios. También aumentó el combustible (desde 2003, de 290 a 510 dólares por tonelada), los costos de estiba (de 17 a 30 dólares por tonelada) y hasta el valor de los permisos de pesca que les cobran las provincias. Un informe cita como caso clave el de Santa Cruz, donde hoy se pagan hasta 100.000 dólares por barco.
"Le pedimos al Gobierno que comprenda que este problema realmente existe, que no se trata del llanto de un sector", afirmó Georgiadis. En octubre, las entidades lograron que las autoridades del área elevaran un puntilloso informe al Ministerio de Economía. Lo que falta ahora, dicen, es la definición política.
Los pesqueros afirman que se debe analizar una rebaja o eliminación de las retenciones, que van del 5% al 10%. Y utilizan el argumento al que apeló el Estado al momento de elevar las retenciones agrícolas: "Si subieron el impuesto cuando aumentaron los granos, es lógico que lo bajen frente a la fuerte caída del precio de los productos de la pesca".
Por Matías Longoni
Fuente: El Pais/ Nuestromar
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