PROYECTO DE LEY JUBILATORIA POR ENFERMEDADES CRONICAS
Considero que la actual ley previsional de la provincia y la Nación, en lo referido a la capacidad laboral de las personas es peyorativa y discriminativa.
Esto es porque aquel que por causas ajenas a su voluntad, sufre una enfermedad invalidante del orden que sea, no tiene que sufrir y a su vez, su nucleo familiar, los trastornos que ésta o estas producen, sino que también se ven expuestos al «abandono de personas», ante la real injusticia de que se reconoce por carpeta médica el salario íntegro por un año y medio, y luego se reduce a la mitad en el segundo año, y en el tercero se pierde el beneficio con la carencia total del mismo, para recién poder «gozar» del «beneficio jubilatorio por discapacidad2, que involucra una gran quita de acuerdo con los años aportados. Aquellos que, como yo, tenemos carga familiar, hijos y esposa, ¿qué les decimos?
-¡Que se terminó la dignidad, que deben vivir menos y comer menos, porque los ingresos se redujeron injustamente!
No basta con padecer patologías a veces insufribles que denigran al ser humano. Además debe soportar juntas médicas agresivas, que lo ponen emocionalmente más en riesgo, en el banquillo de los acusados.
No sólo se sufren las quitas salariales o reducción al momento del haber jubilatorio, sino también los signos y síntomas de su o sus patologías.
Es necesario el cambio legislativo o ejecutivo ya. Al momento de ser declarada una enfermedad crónica incurable, debe otorgarse en forma inmediata y sin mayor burocracia ni humillaciones para el afectado el 90% o más del salario vital y móvil, y permitir el continuar aportando a la caja de previsión correspondiente por los años faltantes y la relación de edad jubilatoria, mínimos imponibles.
La ley debe sancionarse bajo en nombre de «Patologías crónicas», dejando de llamarse de forma discriminativa y peyorativa «jubilación por invalidez o por discapacidad». Va contra los derechos humanos que como emblema tanto promulgamos, poniendo al afectado en un marco de inferioridad ante sus iguales, dañando a sus hijos y cónyuges, los cuales no tienen culpa alguna.
¿No proclamamos «los niños primero»? Esta ley actual seguro que no.
La dignidad no tiene precio. ¿Por qué debemos sufrir una enfermedad y encima ser discriminados, desconsiderados socialmente, laboralmente, y tener que demostrar sobre todo a las obras sociales que uno está enfermo? ¿No puede haber dignidad ante la posibilidad de muerte, trastornos orgánicos, físicos y/o psíquicos?
Ya que salud es un derecho indeclinable, estado de equilibrio bio-físico-psico-social, si esto no se cumple, ¿el culpable es quien sufre la enfermedad y debe pagar por ello?
Es hora de dar dignidad a quienes por años no la hemos tenido; al decir esto, digo que la ley debe ser retroactiva a quienes ya han padecido largamente esta situación. No permitamos que se siga maltratando a las personas, a los niños, núcleos familiares y sociales afectados, porque en muchos casos son ellos los que deben cargar con las deficiencias económcias de sus seres queridos, en procura de satisfacer sus necesidades básicas.
Niños que se ven privados de una educación adecuada, debido a la quita en los ingresos de sus padres, que tenían programado de acuerdo con sus posibilidades económicas un futuro venturoso para sus hijos. ¿Cuánto daño moral, psicológico y social estamos permitiendo?
Es hora de decir basta y devolver la dignidad a los enfermos crónicos, que no son culpables de nada, sólo víctimas que un sistema perverso victimiza aún más y con saña.
Por todos aquellos que han padecido, padecen o padeceran una enfermedad crónica incurable, pongamonos de pie y digamos basta sancionando la ley correspondiente, ágil y sin humillaciones para los afectados.
¿Cuánto más deben sufrir?
El día es hoy y hay que saldar la deuda que la ignorancia y la desidia. Así lo creo.
Dr. Orlando Malatesta
DNI 17.336.290
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