Largas colas para inscripciones en jardines de Puerto Deseado

Puerto Deseado: largas colas y vacantes colmadas


Comenzaron a inscribir en jardines de infantes



El domingo a las diez y media de la noche se instaló frente al jardín de infantes número 56, el más recientemente creado, la primera familia que aspiraba a anotar a sus hijos para el ciclo lectivo 2011. Tal vez fueron levemente exagerados, aunque la fila se fue prolongando durante las horas siguientes, registrándose treinta personas alrededor de las tres de la madrugada y cincuenta a las cinco y media.

Tal como estaba previsto, personal directivo y administrativo de la institución comenzó a entregar rápidamente los números a las siete de la mañana, para establecer los turnos prioritarios en cuanto al trámite de inscripción y presentación de los documentos requeridos.

Una de las madres que permanecieron durante buena parte de la noche destacó a Prensa Libre la excelente organización preparada por la dirección del establecimiento para evitar situaciones molestas o irregulares. "Fuimos por turno y nadie se coló", fue el resumen de la mujer.

Federico Gonzaga, otro de los que llegó temprano, a las 0,30 del lunes, propuso una organización, y todos los presentes hasta ese momento estuvieron de acuerdo, por lo que armaron una lista con los nombres y documentos de los presentes y la fueron completando a medida que llegaban.

Cuando arribó el personal de maestranza, él llamaba por ese orden y ellas entregaban los números según los niveles.



Vacantes limitadas

Finalmente, podemos adelantar, con respecto a las salas de 3 años, que en el jardín 56 están cubiertos todos los lugares en las tres salas con 18 cupos cada una más 20 lugares condicionales

En las salas de 4 también se entregaron todos los números, es decir que no quedan vacantes, al menos si los padres cumplen en el tiempo estipulado.

También se produjeron extensas colas en las otras dos instituciones estatales, el jardín 9 y el 39, desde las primeras horas del lunes. En el caso del jardín número 9 "Chaltén", el más antiguo de la ciudad, sólo contaban con diez vacantes para las salas de cinco años.