El 11/11/11 cumplí mis 25 años en la docencia.
El 01/04/12 me llegó el cese de jubilación.
El 12/12/12 me hicieron la despedida en el Jardin de Infantes 56.
Transcurrió más de la mitad de mi vida desarrollando esta hermosa profesional, fui preceptora, maestra, secretaria, vicedirectora y directora.
Quiero agradecer en primer lugar a mis padres, quienes me dieron la posibilidad de elegir mi futuro y los estudios, a mi tía Aida y su familia con quienes compartí mis años de estudio en Caleta Olivia, y sobre todo a ella quien me enseñó amar esta profesión, ella quien paso también parte de su vida entre niños pequeños, ella que fue la primera maestra jardinera y directora de la localidad.
Si bien mi carrera comenzó en Caleta Olivia, al año siguiente, regrese a esta localidad, comenzando a trabajar en el Jardín 9, luego pase al Jardín 39 y finalizando en este jardín.
Fueron años buenos y otros no tanto, como en la vida, pero fui muy feliz viendo crecer año tras año a cada uno de los niños, hoy recuerdo a algunos de aquellos niños, hoy ya hombres y mujeres, algunos que veo habitualmente, otros no tanto y otros que nunca más vi, pero siempre están en mi corazón.
Fueron años buenos y otros no tanto, como en la vida, pero fui muy feliz viendo crecer año tras año a cada uno de los niños, hoy recuerdo a algunos de aquellos niños, hoy ya hombres y mujeres, algunos que veo habitualmente, otros no tanto y otros que nunca más vi, pero siempre están en mi corazón.
Y con esos niños las miles de familias que hemos compartido y que hoy nos cruzamos y recordamos algunas anécdotas.
En la vida no todo es bueno ni malo, pero de todo se aprende, tuve muchos pimpollos en el camino pero también mucha piedras, gracias a Dios pude sortearlas, algunas me hicieron tropezar y otras caerme.
En la vida no todo es bueno ni malo, pero de todo se aprende, tuve muchos pimpollos en el camino pero también mucha piedras, gracias a Dios pude sortearlas, algunas me hicieron tropezar y otras caerme.
Algunas me dejaron algunos raspones, otras me dejaron cicatrices, pero de todas maneras pude y puedo tapar esas marcas con los momentos felices que me dieron durante estos años de docencia.
Les doy gracias a todos los que confiaron en mí porque fueron los que me ayudaron a continuar el camino, le doy gracias a Dios por haberme dado la fortaleza y virtud de haber hecho vivir estos años de docencia, les doy gracias también a los que me pusieron esas piedras porque me ayudaron a saltar y descubrir que tuve más fuerza de lo que imaginaba.
Susana Del Valle
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