EL ORDEN DIGITAL

viernes, 2 de mayo de 2008

EL ADIOS A ENRIQUE "POCHO" LEAL

NOS VEMOS, POCHO!
Su salud había desmejorado mucho en los últimos meses, y ahora descansa. Fue uno de esos buenos tipos que al paso por la vida de la gente deja una una broma, una canción, una gauchada. Esta semana se extinguió la vida terrenal de Enrique Bernabé Leal. Fuera de Puerto Desedo le llamaban Enrique. Para nosotros será eternamente «Pocho».
Fue el hombre de la sonrisa y la atención amable que alguna vez conocí en la vieja estación de servicio YPF en la calle Rivadavia. Fue el que me abrió las puertas de su casa y me enseñó lo que es el ritual sagrado de invitar a alguien a sentarse a su mesa. Fue el pilar de una familia que lo amó profundamente, y a la que le dedicó todo su esfuerzo.
Pocho fue un eterno joven que siempre estaba emprendiendo algo nuevo. Gracias a su espíritu andariego y su proverbial simpatía muchos jubilados pasaron momentos inolvidables en distintos lugares de Argentina y de Brasil.
Pocho Leal, gran deportista, gran bailarín, pintón y elegante siempre, fue el inventor de las «mediaslunas vikingas» (caseritas y bañadas con almíbar), el que salía con la canasta a repartir los churros de «La Onda Dulce», el que me invitó más de una vez a comer los tallarines de su mamá Cristina en el viejo «chalet californiano» de la calle San Martín, el que me dejó como legado aquellos LP con la música que tantas veces disfrutó. El día que nos reencontremos, en la eternidad, le voy a pedir que me cante alguno de aquellos tangos que sólo cantaba cuando estaba feliz, en familia y con amigos.
Mario dos Santos Lopes

No hay comentarios: