Cuando habían transcurrido más de tres horas de la primera audiencia, la jueza María de los Angeles Lembeye exhibió cierta impaciencia frente al testigo Francisco Pereyra, a quien debió reiterar varias preguntas debido a que sus respuestas eran demasiado breves o no satisfacían las demandas del tribunal o de los abogados.
Un momento de alta tensión se vivió cuando el testigo mencionado concluyó su declaración y se estaba retirando. El joven se desvió del itinerario que debía seguir y se arrojó contra el imputado Hernán Almirón, derribándolo de su silla. De inmediato fueron separados por varios policías que se encontraban tras una cortina. Este hecho produjo gran revuelo, gritos y llantos entre el público presente. Algunos, más exaltados, se acercaron al lugar de la gresca, pero fueron rápidamente disuadidos por los agentes de policía y por la jueza Lembeye, que daba indicaciones desde el estrado. Estos acontecimientos fueron reflejados y emitidos por la cámara de canal 2 Vía Patagónica.
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