Preocupación en Puerto Deseado
Volvieron los "secuestros virtuales"
En la mañana del martes una joven mujer hizo pública su preocupación por la reanudación de una modalidad delictiva que tuvo numerosas manifestaciones hace algunos meses y sobre la cual hubo reiteradas advertencias de las autoridades policiales.
En declaraciones a FM DESIRE Romina, propietaria de un comercio céntrico comentó que recibió en su teléfono particular una llamada identificada como proveniente de una penitenciaría, por lo que decidió cortar de inmediato cuando le consultaron si aceptaba.
"Unos minutos más tardes volvieron a llamarme, desde un número no identificado, me llamaron por mi nombre y apellido y me dijeron que mi marido estaba secuestrado", dijo agregando que "obviamente, yo sabía que él estaba bien y lo llamé para contarle".
"Mi teléfono tiene identificador de llamadas pero no puedo tener más detalles porque figura como número bloqueado", acotó, admitiendo que "lo tomé como un chiste". "Después me insultaron y me dijeron que no me hiciera la viva, porque sabían que vivo en Puerto Deseado", detalló la mujer.
La comerciante se mostró asustada porque recientemente fue asaltada, a plena luz del día, en la esquina de su domicilio, donde le arrebataron el celular. "Voy a hacer la denuncia para ver si se puede rastrear el origen de estas llamadas", manifestó, confiando en que "la Policía pueda hacer algo frente a esto y frente a los robos que se producen".
De la misma forma un médico de la ciudad que tiene dos niños pequeños fue sorprendido con un hecho de similares características en momentos en que tanto él como su esposa estaban ausentes del hogar. Los niños se encontraban al cuidado de la niñera cuando recibieron la desagradable llamada.
Hace cuatro años
La última oleada de "secuestros virtuales" se había producido en noviembre del año 2007, cuando una mujer denunció que había sonado el teléfono en su domicilio mientras sus tres hijos, de diez y doce años, y un bebé de un año respectivamente, se encontraban solos. "Les dijeron que nos habían secuestrado, que nos estaban pegando, y los chicos en su desesperación, empezaron a escucharlos; les preguntaban si teníamos plata, dónde la guardábamos", indicó.
Cuando la niña de doce años les dijo que llamaría a su padre por el celular le advirtieron que no lo hiciera porque lo matarían. "Cuando llegué, los encontré a los tres llorando, pero mi hija había atinado a enviarle un mensaje con la palabra AYUDA a uno de mis hermanos, que fueron a casa inmediatamente", relataba en aquella oportunidad la víctima, señalando que la charla duró alrededor de cuarenta minutos, y que lograron grabar un tramo con un celular. "Querían que les compráramos cuatrocientos pesos en tarjetas de celular y les pasáramos el código por teléfono", acotó. "Aparentemente eran tres personas, por las voces, además muy insultantes y nos decían que nos iban a mandar en una caja", agregó.
La mujer llegó sola a su domicilio, mientras su esposo, que es remisero, siguió con su trabajo sin enterarse del difícil momento que atravesaba su familia. Los delincuentes lograron convencerla de que tenían en su poder al hombre. "La forma en que lo decían era muy creíble y desesperante", mencionó, calificando la situación de "muy fea y de muchos nervios". Finalmente, el reencuentro familiar sin ningún inconveniente demostró que se trataba de una falsa alarma.
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