Los ingresos del buffet se destinaron a Liz Martins, viuda de Diego Bahamonde, fallecido en el hospital de Puerto Deseado hace poco más de un mes. La joven, que no tiene trabajo, quedó sola con sus tres hijos y está iniciando una demanda judicial para esclarecer las circunstancias en que falleció su esposo, estibador del puerto local.
Por otra parte, la entrada consistía en útiles escolares para colaborar con el personal de la empresa Vieira, que atraviesa momentos particularmente complicados por las demoras en la percepción de sus sueldos. Se lograron siete cajas de elementos para los niños en edad escolar, que fueron entregados a los delegados.
Para ayudar en la recaudación de fondos se hicieron sorteos y remates; el artista plástico Andrés Rodríguez pintó un cuadro durante el festival, que fue rematado luego con ese mismo objetivo.
Una vez más Deseado demostró su sensibilidad y solidaridad ante cualquier convocatoria seria, más allá de las diferencias.
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