MENÚ CON TOMATE PARA CRISTINA
Poco le importó ayer a la senadora Cristina Kirchner el boicot al consumo de tomate impulsado por asociaciones de consumidores, cuando ayer al mediodía, en el Hotel Sheraton de Pilar, la candidata degustó ensalada caprese y salmón rosado con tomates redondos, ni más ni menos.
Sucede que los elevados precios en algunas verduras llevaron a las entidades de defensa del consumidor a impulsar un boicot al consumo de tomate, que en algunos lugares de venta osciló los 22 pesos por kilográmo.
Claro, al parecer, el llamado de los consumidores no llegó a los oídos de Cristina Kirchner y de los empresarios de la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), que disfrutaron de un exquisito almuerzo en Pilar.
Es más, la candidata volvió a defender el índice inflacionario, calificó como razonable la dinámica de precios y no se refirió en ningún tramo de su extensa disertación al revuelo en torno al tomate.
No llamó la atención, entonces, la furia del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuando los periodistas le preguntaron por la inclusión de la mencionada verdura en el menú. Siguió la misma línea de Cristina, que una vez más la emprendió contra los medios de comunicación.
Sin embargo, el popular boicot rindió sus frutos, ya que el tomate despertó con el alba con una leve baja en el precio habitual, a pesar de la negativa de la senadora bonaerense de adherir al boicot. Es decir que desmienten al índice oficial que dice lo contrario, es decir que el tomate no aumenta.
También abrió el paraguas con una obviedad que no pasó desapercibida en casi ningún medios: "asegurar que no habrá conflictividad social, es difícil"
política - elsurhoy
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