Todos los viernes desde hace tantísimos años, la Guardia Ferroviaria
de Puerto Deseado se reúne en el bar de la vieja estación, “La Cueva”.
Invitados a comer un corderito, más que contentos fuimos a visitarlos.
La primera impresión fue fuerte, 10 señorones sentados que daban miedo,
un ratito después se aflojo la tensión del principio y las risas fluían
tanto como el vino con soda. Estos hombres, ahora un poco más sabios,
nacieron, se criaron y se van a morir entre los ferrocarriles. Cada uno
hablo de las experiencias vividas en los ferrocarriles, hablaron de sus
hijos, nietos, se hablo de política, de la justicia o la falta de
y aprendí a jugar al desconfío con dados. Marcos, mi amuleto de la
suerte en el desconfío (me decía que tenia que hacer), nos llevo a
recorrer el museo que esta en la parte de atrás del bar. El hombre de 83
años nos trasporto a su época de oro. Maquinista en aquel entonces, hoy
un orador del museo, nos guió entre sus recuerdos. Me provocó una
inmensa felicidad ver a alguien tan apasionado por un tema. Cada
personaje que conocí en estos días me produjo lo mismo y hacemos tantas
cosas en el que en un momento determinado tengo que sentarme callada
(cosa que no hago ni mientras duermo) para decantar TODO lo que paso en
el día.
La mañana siguiente visitamos el puerto. Estaba un poco lluvioso y me
costó un año y medio levantarme pero
la cuestión se tornó interesante cuando de casualidad nos invitaron a
conocer un barco pesquero y a su respectivo capitán. Uno cuando piensa
en el capitán de un barco se imagina un hombre con un enterito amarillo,
con botas, sobretodo y gorro del mismo color al estilo Los Simpson.
Otto Han, capitán de “Vieirasa” estaba vestido exactamente así, pero el
enterito era rojo y el sombrero estaba colgado. Este hombre vive mas
tiempo en el agua que en la tierra. En temporada de pesca convive con
casi 19 hombres y una dama, que es la cocinera, les dejo a
su imaginación la personalidad de la dama…
Javier Bugallo administrador de la empresa española “Vieira” (español
hasta la médula), nos llevo a recorrer la planta en el
puerto; explicándonos todas las etapas del pescado desde que esta en el
agua hasta que se presenta envasado al vacío en el supermercado.
y déjenme decirles que son MUCHAS etapas, la charla duro como dos horas.
En una parte de la planta esta la “heladera”, que es un cuarto
gigante, inmenso (una canchita de fulbo 5) que esta a 28 grados bajo
cero para manter el pescadillo en perfecto estado.
En Deseado el tema pesca deriva en infinidad de cuestiones. Por un
lado gracias a la explotacion pesquera el pueblo tiene movimiento, por
otro lado, el pesado no se queda se va para afuera; entonces la
impresión es de que las empresas se llevan todo, lucran en euros y lo
que queda en Deseado son residuos que; finalmente cuando los peces ya
no esten cerca del puerto, estas empresas van a cerrar dejando a muchos
sin trabajo. Un adelanto al futuro pueden ser los criaderos icticonas
(piletas gigantes donde crían los peces), en el futuro veremos que
sucede.
Un saludo,
Pilar Ocampo
www.airesdelapatagonia.wordpress.com
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