«Una persona no muere cuando su corazón deja de latir sino cuando su recuerdo deja de existir»
Hoy que la luz de sus ojos se ha apagado, quedan en la memoria los mejores momentos compartidos, la risa y la complicidad de haberlo visto feliz, cuyo recuerdo nos acompañara cada día por siempre en nuestros corazones.
Sé que descansa en la paz y el amor de Dios, lo que reconforta tanto dolor y tristeza por su partida.
Cuando fui débil y viví tanta lucha, angustia, dolor y tristeza inmensa, fue bueno saber que no estaba sola. No hay palabras que pueda decir, sólo pedir a Dios fuerzas para poder seguir.
Mi cariño y eterna gratitud a quienes nos acompañaron durante la larga y dolorosa despedida de mi amado Walter Adrián Alvarez. Agradezco de corazón a todos y cada uno de los que pidieron, rezaron, colaboraron y trabajaron para que este momento fuera menos doloroso y complicado para nosotros.
Agradezco su compañía en este difícil momento!
Noelia Martínez
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