EL ORDEN DIGITAL

jueves, 30 de junio de 2011

"Ojalá el gobernador tenga agallas para venir a la misa", había dicho el sacerdote

Enojo y diálogo tras polémicos dichos del padre Domenech
Aclaraciones de Carlos Marsicano


    El vocal por el ejecutivo provincial en la Caja de Previsión, Carlos Marsicano, replicó con dureza algunos conceptos del cura párroco de Puerto Deseado, José María Domenech. El sacerdote había formulado varias críticas a los políticos en general, en su alocución del viernes pasado por FM Desiré de esta ciudad, pero lo que irritó al ex diputado por pueblo fue el párrafo donde había dicho que «si el gobernador tiene agallas, lo espero en la misa». Se refería a la celebración religiosa a la que convocaban los salesianos tras la jornada de repudio a los hechos violentos acontecidos en Buenos Aires.
   
    Replicando a los dichos del religioso, Marsicano había dicho, pocos minutos después,  que le había llamado la atención «el nivel del discurso, que me hacía acordar a algunos discursos del 2007». «No creo que sea solamente yendo a misa que se puede expresar la palabra de Dios o el amor al prójimo, y lo considero una falta de respeto, especialmente teniendo en cuenta de quién viene», enfatizó.
    En este contexto, el funcionario provincial remarcó que «el gobernador Peralta ha dado suficientes muestras de valentía y de tranquilidad, porque yo no he visto a muchos que veo ahora expresando adhesiones, sacando documentos, parando las clases, dejando de educar, a ninguno de esos los vi manifestándose cuando lo atacaron a Borselli en la madrugada».

    Diálogo
    «Uno tiene derecho a enojarse, porque es un apasionado de algunas cosas», señaló Marsicano tras el fin de semana, acotando que «me llamó mucho la atención porque yo estudié en el colegio San José y después en la Misión Salesiana en Río Grande, y cuando el padre dijo que ojalá el gobernador tenga agallas para ir a la misa, me molestó, profundamente».
    En referencia a este tema, el funcionario reveló que sintió «necesidad de dialogar» con el religioso, por lo que se acercó a la parroquia. «Fui a charlar con el sacerdote a la tarde y fue una charla espectacular, como una charla que tuve en medio del conflicto con los docentes en el 2007, demostrando lo importante que es el diálogo», manifestó.
    «Pudimos entendernos y no dudo de la buena voluntad del padre Domenech... tampoco había dudado antes pero sí me llamó la atención la forma de expresarlo». «Lo doy por terminado porque no tengo dudas de su buena fe», resumió Marsicano.
   
    Contexto
    El contexto de la charla incluía las reflexiones del párroco sobre las responsabilidades compartidas. «No es cuestión de echarle la culpa a nadie, sino que lisa y llanamente cada uno tiene su responsabilidad y que se ponga los pantalones», sostuvo, añadiendo que «los distintos que han hablado se han echado la pelota entre ellos pero en realidad los dos decían lo mismo: todos tenemos la culpa».
    «Dios se ha quedado con nosotros para nuestra fortaleza y para nuestra purificación... para ser capaces de reconocer en qué nos equivocamos, tener pantalones, tener agallas para decir que nos equivocamos... ser honestos, lo que se puede aplicar a todos los partidos políticos sin excepción de ninguna clase: no le mientan a la gente; y desgraciadamente los partidos políticos saben que muchas veces, aunque digan la verdad, no dicen toda la verdad, porque si lo hicieran no podrían mantener sus caras siempre en alto», dijo Domenech en su prédica radial.

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