Los once tripulantes del Pensacola se reencontraron con sus familias
Alegría
y alivio se fundieron ayer a la madrugada en los abrazos con sus
familiares de los tripulantes del barco pesquero que había quedado a la
deriva el miércoles por una falla en su motor. A 190 millas de la costa,
el buque soportó vientos de unos 110 kilómetros por hora y olas de
hasta ocho metros. Fueron remolcados por el buque pesquero Don Pedro y
acompañados por el guardacosta Thompson de la Prefectura Naval.
Con vientos de 60 nudos (110 kilómetros por hora) y olas de hasta 8 metros de altura, a unas 190 millas de Comodoro Rivadavia, el barco pesquero Pensacola quedó a la deriva en medio de un temporal a raíz de una falla en su impulsor.
En el barco navegaban once tripulantes, entre ellos cinco pescadores de Comodoro Rivadavia: Jorge Lara, Félix Espinoza, Jorge Salas, Ricardo Yapura y Fabián Ojeda.
Viven en Restinga Alí y Caleta Córdova. Habían salido el lunes a la madrugada y debían retornar el miércoles a la noche.
Cuando muchos de los pesqueros buscaban refugio en Bahía Camarones ante la llegada del temporal, el Pensacola sufrió un desperfecto mecánico en la hélice del motor lo que le imposibilitó tener propulsión y poder direccionar la embarcación.
Tras el alerta sobrevoló la zona un avión de Prefectura Naval que tomó contacto vía radial con el capitán del barco y este informó el inconveniente. El buque estaba a la deriva en altamar.
Ante la situación, desde la Prefectura se tomó contacto con el guardacostas Thompson que arribó al lugar donde se encontraba el Pensacola y permaneció custodiándolo hasta la llegada de alguna embarcación con capacidad para remolcarlo.
SOLIDARIDAD EN ALTAMAR
El buque pesquero Don Pedro era la embarcación que reunía las características para el remolque y que estaba en la zona. Con una eslora (el largo de un barco, desde la proa hasta la popa) de unos 73 metros y con una tripulación importante a bordo, desde Prefectura Naval se pusieron en contacto con el capitán e inmediatamente desde la embarcación no dudaron en concurrir a la ayuda.
El jefe de Prefectura de Comodoro Rivadavia, Carlos Fernández, comentó a Diario Patagónico que desde la fuerza siempre se mantuvieron en contacto con el barco y tranquilos porque la embarcación había soportado muy bien los oleajes y el viento.
Mientras tanto, fueron días de desesperación para los familiares que el viernes montaron un piquete frente al destacamento de Prefectura para reclamar que se agilizara el rescate.
RESCATE
Para el remolque se tiraron las dos eslingas de acero de la proa del Pensacola, hasta la popa del Don Pedro y de esa manera comenzó el remolque hasta el puerto de Comodoro Rivadavia. Finalmente el arribo de las embarcaciones se produjo ayer a la 1.
El Don Pedro después de 190 millas de remolque acompañados por el Thompson desenganchó al Pensacola en la rada y un remolcador de una empresa privada que se encarga de los remolques en puerto lo llevó a amarre.
En el puerto la Prefectura ya había dispuesto una cobertura de seguridad en el muelle y uno a uno los once tripulantes del barco fueron descendiendo y reencontrándose con sus familiares que esperaban ansiosos el reencuentro. Se los asistió en un operativo conjunto con ambulancias y luego de comprobar que todos estaban bien de salud, cada uno partió a sus respectivos hogares a disfrutar con sus familias.
EL PATAGONICO
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