"Humores que matan", el humor de Woody Allen en Puerto Deseado
María Valenzuela y Soledad Silveyra completan su gira patagónica
"Yo vengo de una familia de artistas. Mis padres eran bailarines de clásico español y hasta antes de empezar el colegio los acompañaba en todas las giras, con ellos y dormía en la valija donde llevaban sus trajes de baile. Después estudié en el teatro Colón: mis viejos querían que de alguna manera siguiera con la danza pero en cuanto acto del colegio o en cuanta fiesta familiar si existía la posibilidad de actuar, de bailar, de hacer algo ahí estaba yo presente. A través de una amiga de mamá hacen un casting para Jacinta Pichimahuida y le comenté a mi madre, me llevó y quedé seleccionada. A partir de ahí me di cuenta que lo mío pasaba por la actuación más que por la danza, pero igualmente la danza me ha servido porque hice "Bailando por un sueño" y no he hecho papelones así que vino bien igual. Empezó como un juego y después se transformó en un medio de vida y en una vocación"... Así relataba los inicios de su carrera la actriz María Valenzuela, a pocas horas de presentarse en el cine teatro Español de Puerto Deseado junto a Soledad Silveyra, en la obra de Woody Allen "Humores que matan".
Sus personajes
Haciendo un rápido racconto de los cincuenta años de trayectoria artística que celebra en este 2013, recordó su presencia en "Subí que te llevo", película que protagonizó junto a Sandro, en la mítica telenovela Piel Naranja y la continuidad casi perfecta en televisión y teatro. Reconoció que le cuesta elegir alguno de esos trabajos, pero mencionó especialmente la novela "Dulce amor" y su personaje: "Empezó brava Elena pero después se fue humanizando". "El bastón era de mi mamá. Eso lo agregué yo al personaje porque me parecía que para el personaje servía como un símbolo de poder, de decir “acá estoy yo” y “la que manda soy yo” así que me llevé el bastón de mi mamá a la primera grabación y después me trajeron dos bastones mas y ahí fui componiendo de a poco el personaje. La verdad una alegría muy grande y lo veo por Twitter como la gente me sigue hablando y a la salida del teatro como me hablan del personaje y de la novela que realmente fue un suceso durante diecisiete meses", se alegra.
Ante la pregunta obligada sobre su personaje y su vida real, y si como Elena rompe cosas ante los problemas, respondió categóricamente: "¡No! Yo ya no, eso era cuando era más joven. Ahora ya a los 57 estoy mucho más estable psicológicamente, espiritualmente. Alguna que otra puteada me mando pero así de romper y destrozos no, de ninguna manera. Ha costado mucho tener las cosas que uno tiene y por una bronquita que a lo mejor horas después te das cuenta que no vale la pena no vamos a romper esas cosas que tanto nos gustan. (risas)".
Malena despertó
Al hablar del grave problema de salud que vivió su hija Malena y del libro que escribió, dice que "por sobre todas las cosas lo que me enseñó es que ante una situación límite y con un ser tan cercano a uno, tan de corazón como puede ser un hijo de ninguna manera hay que bajar los brazos, no hay que perder la fe y además hay que accionar, no hay que paralizarse porque lo que hace el miedo es paralizar al ser humano".
"Yo afortunadamente estuve como iluminada, siempre lo dije, y pude poder llevar ese momento adelante, que lo estaba llevando yo acompañándola a mi hija, Malena, y la gente también hizo lo suyo con los rezos, las cadenas de oraciones y los médicos con la ciencia fueron de la mano de la fe y todo eso hizo que Malena despierta tuviera un final feliz", asegura emocionada, acotando: "todavía no lo he superado, eso creo que cuesta olvidarlo. De hecho el libro salió y ya pasados diez años es como que el libro todavía me cuesta volver a releerlo y a tocarlo porque las heridas siguen estando y por más que cicatrizan por momentos, por momentos tienden a abrirse, es doloroso entonces prefiero dejarlo ahí el libro para que le sirva como ayuda a otra gente porque en definitiva lo que tratamos es que fuera un libro esperanzador para toda esa gente que está viviendo una situación difícil, dura en la vida".
Tragedia y humor estilo Woody Allen
Sobre la obra que está presentando junto a Soledad Silveyra en esta gira patagónica, comentó que "Humores que matan es una comedia de Woody Allen que él la escribió creo que en el año ’93, si no me falla la memoria, después de su tormentosa separación con Mía Farrow". "La trama es una tragedia porque habla de infidelidades, de traiciones entre intimas amigas con sus respectivas parejas. Es un drama la historia, el cuento, pero pasado por el humor de Woody Allen, siempre transgresor, hace que sea desopilante. Desde el comienzo hasta el final la gente no para de reírse, de festejar, de aplaudir y te aseguro que es una fiesta realmente desde la platea hasta el escenario, fantástica y el aplauso final que de alguna manera saludamos todo el elenco y ya en el último momento terminamos saludando Soledad y yo, las dos solas en el escenario y levanta ese aplauso y la gente de pie porque de alguna manera creo que están, no solo aplaudiendo al espectáculo que vieron, con el cual la pasaron muy bien, sino a toda la trayectoria que tenemos juntas".
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