Las actuaciones impecables de dos actrices con cincuenta años de teatro, televisión y cine sostuvieron la risa y la mirada atenta del público que colmó la sala en una noche muy fría, final de un día de intensas lluvias. Faltó aclarar que "cualquier similitud con la vida real es pura coincidencia", pero seguramente esas reflexiones quedaron para el comentario posterior de los espectadores. Lo mejor fue poder descubrir nuevamente la magia, reír en medio de una tragicomedia muy factible y descubrir, una vez más, que Deseado tiene un público fiel al buen teatro.
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