Hay una canción que dice:
“Superman nunca pasa por mi casa, a Aladino nunca lo he podido ver…sin embargo en mi casa hay milagros que recién estoy llegando a comprender. Si de verdad hay algo que nos hace falta, sólo hay un
héroe que lo hace aparecer… EL HEROE ES MI PAPA!!!”
Hace unos días se celebró en Argentina el Día del Padre.
Yo ya no tengo al mío, y muchos de mis parientes y amigos tampoco lo
tienen para festejar. Es una pena infinita, porque todos los que estamos huérfanos de padre lo vamos a extrañar con un dolor enorme en el corazón. Pero así es la vida. Y ya nos llegará el turno de dejar huérfanos a nuestros propios hijos.
Así es que, si los que leen esto aún lo tienen vivo, si les es posible
abrazarlo, HAGANLO!!!
No posterguen encuentros, no demoren los “TE QUIERO” ni un solo
segundo más. No posterguen compartir, si eso es posible!!!
Toleren más, porque es cierto que a veces entre padres e hijos hay criterios diferentes. A mí me pasó muchas veces!!! pero, créanme, jamás un padre va a querer para los hijos nada que no sea lo mejor.
Yo, lo mejor que puedo decir de mi papá, es que siempre que lo necesité fue el primero en llegar, el único que SIEMPRE estuvo ahí, incondicional.
El papá de Uds está lejos?... tan lejos que no pueden ir a abrazarlo?... entonces LLAMENLO!!!
Y llámenlo más seguido, no sólo porque hoy se celebra el día que lo recuerda.
Llegará un momento en que, aun queriendo, se darán cuenta que entre la
tierra y el cielo no hay línea, y habrán desperdiciado muchos momentos
preciosos imposibles de recuperar.
Los seres humanos, tan imperfectos como somos, recién nos damos cuenta de lo que desaprovechamos cuando lo perdemos.
En tren de recordar, hay momentos de mi vida que me alegro haberle
dedicado a mi papá.
La primera fue cuando me recibí en el Liceo Militar (mi papá era militar), porque él todos los años en febrero, cuando me dejaba en la puerta, me preguntaba “te querés quedar?...”, y sé el enorme esfuerzo que hizo para pagarme esos estudios, tan lejos de casa.
Estoy seguro que sabía cuánto me esforzaba yo por conservar esa media beca, y cuánto lo sintió cuando me castigaron con 90 días de arresto
el último año y la perdí.
El también estuvo en ese momento (la culpa era mía) y fue capaz de enfrentarse a un tipejo desalmado con rango de Mayor (Burgueño) para defenderme (aunque ya a esa altura, yo había aprendido a plantarme solito), y una vez más me preguntó si me quería quedar, y una vez más le dije que sí. No era por mi orgullo. Era por el de él.
Mi papá, un capo total que cursó el secundario nocturno al mismo tiempo que yo iba a la Secundaria, y se recibió y yo estuve allí para entregar su diploma. Se enseña con el ejemplo, me decía.
Más adelante, es imposible describir la felicidad de mi papá cuando me entregaron el título de Ingeniero. Ahhhh, cuánto deseaba mi papá tener un hijo ingeniero!!! Fue su satisfacción personal. Esa revancha de inmigrante pobre que desea que sus hijos sean mejores, que alcancen metas más altas. Ese día jamás lo voy a olvidar, porque estaban mi papá y mi hijo mayor allí, y yo me sentí un poco súper héroe por cumplir con todos!!!
Cerca de los 40 (los míos, claro), mi papá y yo nos hicimos súper compinches!!! Es cuando comencé a ver la vida con una mirada diferente (un poco tarde, quizás, pero es cuando recibí los peores golpes). En ese tiempo es cuando comencé a parecerme más a él, a consultarlo seguido, a tener intereses y metas que compartíamos y festejábamos juntos.
Los llamados de todos los domingos eran una diversión personal, y
jamás olvido ese inglés chapucero con que pretendía saludarme y hablar en un idioma que no entendía ni le gustaba!!
Hasta su repentino fallecimiento, durante muchísimos años no escatimé abrazos, ni te quieros, y si algo extraño profundamente es su alegría continua. Mi papá, como yo, reía por todo, protestaba por todo, y amaba sin límites. Cuando me dicen que me parezco a él fisonómicamente, me halagan.
Es que NO PODRIA PARECERME A NADIE MEJOR!!!
Mario Cicchinelli