No incluyen gastos excepcionales por enfermedad ni hijos estudiando fuera de Puerto Deseado
El gremio docente viene dando a conocer, desde hace más de veinte años, el cálculo aproximado del costo de vida en base a los precios promedio de los comercios y servicios de Puerto Deseado.
El estudio realizado por ADOSAC mantiene los mismos rubros a lo largo de los años, y está planteado para un grupo familiar de cuatro personas. En algunos casos los precios estimados son más bajos que los que se encuentran en las góndolas, aunque en esto también existen notables variaciones según los comercios. Algunos productos se encuentran más baratos en determinado local y otros más caros. Existen también variaciones estacionales, especialmente en las carnes, pescado, frutas y verduras.
Las carnes, por ejemplo, aparecen a un promedio de $ 32 el kilo, aunque la realidad marca importes superiores, según los momentos y la calidad de los cortes. El pescado figura a $ 13, las bananas a $ 7, las manzanas a $ 8, para dar algunos ejemplos en los productos frescos.
La yerba, que en las planillas se presenta a $ 12,50, se cotiza actualmente a más de quince pesos el kilo. La leche, que aparece a $ 5,20, tiene precios notablemente superiores si se buscan las primeras marcas. Las latas de tomates, que ADOSAC estima en $ 4, aparecen en oferta a $ 4,95, es decir un veinticinco por ciento más. Seguramente estos precios, que se estiman por debajo de los reales, se compensan con otros que pueden ser superiores.
El detalle incluye artículos de higiene personal y limpieza, como desodorantes, repuesto de afeitar, cremas de afeitar, jabón en polvo, bolsas de residuos, shampoo familiar (económico, ya que figura con un precio de $ 12), detergente para vajilla, pasta dental, papel higiénico, lavandina, jabón de tocador y toallas higiénicas. No se incluyen aquí perfumes, maquillajes, esponjas, toallas, etc. Uno de los ítems hace referencia a un «botiquín mínimo», y si bien no lo aclara, aquí puede interpretarse que se refieren a aspirinas, alcohol, apósitos, antiácidos, tampones y otros elementos relacionados con la salud cotidiana.
En el rubro «vivienda y servicios», se estiman $ 2100 en concepto de alquiler de casa o cuota de crédito, $ 200 por luz y gas, $ 130 por teléfono fijo, transporte rentado, combustible, transporte escolar y la cuota correspondiente a los impuestos municipales.
En el rubro «indumentaria», se considera un pantalón y un par de zapatillas mensuales, gastos de $ 120 en farmacia y órdenes de obra social, un antibiótico, útiles escolares, alguna cuota de artículos del hogar, $ 350 para mantenimiento de la vivienda, cuotas de deportes, idiomas y/o informática, dos almuerzos o cenas, televisión por cable o satelital y un ahorro mensual de $ 700 para vacaciones.
Lo que falta y lo que puede eliminarse
A simple vista, para quienes son propietarios, puede considerarse prescindible la cifra establecida por alquiler o cuota, y para quienes no se van de vacaciones, se puede eliminar el rubro que supone una erogación de setecientos pesos por mes. De esta manera la canasta familiar quedaría en $ 9.500.
Sin embargo, también puede advertirse que durante el año suelen producirse momentos en que la salud de algunos de sus miembros se resiente y los gastos en farmacia crecen notablemente; los costos de algunos diagnósticos no cubiertos por las obras sociales o prácticas odontológicas agregan algunos factores dignos de ser tenidos en cuenta. Lo que se considera en el cálculo de ADOSAC como «ahorro para vacaciones» se consume rápidamente ante cualquier emergencia que exija un viaje de larga distancia por razones de salud o por cuestiones familiares.
Es posible, asimismo, que una familia que posea vehículo propio no consuma los ciento veinte pesos fijados para el viaje en taxi o remís (estipulado en $ 5 aunque el mínimo en Deseado cuesta $ 10), pero esos ciento veinte pesos no alteran sustancialmente la cifra final.
También es factible evitar los almuerzos o cenas fuera de casa, estimados en novecientos pesos. Lo que seguramente no puede desechar totalmente una familia de cuatro personas es alguna actividad social, o sea la concurrencia a algún espectáculo, la celebración de un cumpleaños, algún obsequio, la necesidad de costear algún trámite, la visita a la peluquería, la compra de una revista, un diario, un libro, un cd, una tarjeta para el celular.
No consideramos aquí el consumo de golosinas, alcohol, cigarrillos, juegos de azar o gastos suntuarios, ni la colaboración voluntaria con instituciones de la comunidad que permanentemente requieren algún aporte para poder funcionar (clubes deportivos, cooperadoras, egresados, etc.).
Tampoco se agregan, aunque para muchas familias es una erogación importante durante varios años, los costos de sostener a uno o más hijos cursando estudios superiores en otras ciudades. En ese caso, las cifras son mucho más altas.
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