viernes, 18 de abril de 2008
Jorge Campos, de la empresa Servi Clock, tuvo la alta responsabilidad de restituirle a Puerto Deseado uno de sus elementos distintivos. Ahora, la vieja y querida estación ferroviaria empieza a parecerse cada vez más a aquel centro vital que tuvo Deseado durante varias décadas.
Las gestiones de los hijos y nietos de ferroviarios, que están ocupando el lugar que les corresponde, y que esperan que se vayan sumando otros hijos y nietos de otros hombres que protagonizaron la gran gesta del trabajo en las vías férreas entre 1909 y 1978, recaudaron los fondos y abonaron los 7500 pesos que costó la fabricación artesanal y la instalación de este auténtico símbolo. El reloj marca la espera de que, en un tiempo no lejano, el tren vuelva a recorrer las vías, y llegue hasta la cordillera, y sea la punta de un corredor bioceánico fundamental para el desarrollo de la región.
VOLVER A DESPERTAR
un día triste día del setenta y ocho
el tiempo se detuvo en la estación
un decreto sin alma
un papel que el tirano firmó
no era rentable la vida
no era rentable soñar
alguien que no nos conocía
puso el sello maldito final
el tiempo se detuvo en tu frente
hasta la hora robaron de aquí
y el tic tac que alteraba el silencio
quedó en la espera de volver a vivir
y vinieron, un grupo de locos
los famosos locos del tren
y por fin retomaron la lucha
y sus nietos llegaron también
Campos fue el artesano del tiempo
que en un día de abril despertó
las agujas la magia la hora
y el latido del tren renació
Mario dos Santos Lopes
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