EL ORDEN DIGITAL

sábado, 3 de mayo de 2008

LA CENIZA VOLCANICA LLEGO A PUERTO DESEADO

En la mañana de este sábado, los madrugadores percibieron algo diferente en el aire de Puerto Deseado, sobre la costa este de la provincia de Santa Cruz. Un olor parecido al azufre, conocido por buena parte de la población, y un color diferente en el cielo, hicieron correr rápidamente la pregunta, y cerca del mediodía llegó la respuesta.
Efectivamente, las cenizas del volcan chileno Chaiten, en su onda expansiva, habían llegado muy lejos. Una especie de bruma formada por las micropartículas producto de la erupción en Chile, había llegado a la costa santacruceña, arrastrada por los fuertes vientos reinantes. Desde los puntos más altos de la ciudad podía observarse el fenóneno con mayor intensidad, y la costa sur de la ría, habitualmente visible desde la zona céntrica, permanecía prácticamente oculta.
El volcán chileno afectó, principalmente, a la zona cordillerana en la vecina provincia del Chubut.

RECUERDOS DEL HUDSON
La jornada trajo, naturalmente, recuerdos de la poderosa lluvia de cenizas volcánicas provenientes del Hudson, también chileno, que derramó millones de toneladas de esa materia sobre el campo y las ciudades de Santa Cruz y Chubut 1991. Fue el 13 de agosto de aquel año cuando todo se puso gris, el barbijo se convirtió en un elemento de uso cotidiano, hubo suspensión de clases, y mucha gente temió por sus vidas al no conocer, al menos en los primeros días, qué tipo de sustancia estaba respirando o si el agua estaba contaminada. Las rutas se tornaron virtualmente intransitables.
El 15 de agosto -muchos lo recuerdan como una jornada de terror- alrededor de las tres de la tarde, oscuros nubarrones rojos, luego totalmente negros, cubrieron el cielo de Puerto Deseado, transformando el día en plena noche.
Cabe acotar que las autoridades sanitarias y políticas de Santa Cruz y, por ende, las
de Puerto Deseado, nunca completaron un estudio científico serio sobre las consecuencias de al menos seis meses de lluvia y voladeros de cenizas sobre la población humana. En el caso de los productores rurales, vivieron un desastre sin precedentes.

VISITANTES
En el marco de esta emergencia, el 31 de agosto del 91 visitó la ciudad el entonces presidente Carlos Menem, quien anunció una serie de ayudas económicas, especialmente para los productores agropecuarios, que recibieron muy poco de esos fondos.
En el palco, ubicado frente al Hotel Los Acantilados, en el ingreso a la ciudad portuaria, se encontraba el entonces gobernador, Arturo Puricelli, junto a su contendiente justicialista en el marco de la recién estrenada ley de lemas; era el intendente de Río Gallegos, Néstor Kirchner, el que aparentemente tenía menos posibilidades de llegar. Un par de meses después Kirchner se imponía a Puricelli y comenzaba su primer turno como gobernador de Santa Cruz.

Fuente: Redacción semanario EL ORDEN

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