La noche del 14 de julio de 1988, cuando Puerto Deseado se aprestaba a celebrar su aniversario, se apagaba la vida de José Antonio Rodríguez. "El conde", "Pocho", el director de "El Orden", dejaba tras de sí casi treinta años de vida periodística.
Siempre elegante, siempre con gruesas carpetas debajo del brazo, supo defender en distintos ámbitos lo que llamaba "los supremos intereses de Santa Cruz". "Tolerante con las personas, intransigente con las conductas", sostuvo en sus artículos, y en cada nota publicada en EL ORDEN, los temas vinculados con el desarrollo de Puerto Deseado. Escuchándolo, aprendimos sobre pesca, ganadería, petróleo, y conocimos también las sucesivas frustraciones de su amado pueblo.
Bohemio, noctámbulo, de fuerte personalidad, durante años trabajó junto a otro luchador, el recordado tipógrafo Epfraín Barnetson. Los dos reconocían sus diferencias. Epfraín debía irrumpir en la redacción, conocida como la "leonera", donde se armaban interminables debates, para recordarle a Pocho que había que terminar la edición y que los visitantes debían retirarse. Lograron, durante trece arduos años, la puntual aparición del semanario local.
En los tiempos duros de Deseado, como por ejemplo en 1979, cuando quebró la recién inaugurada "Pescasur", fue el incansable defensor de la causa. Durante mucho tiempo, insistió en la leyenda: GASODUCTO A PUERTO DESEADO, PRIORIDAD UNO, y en el 85 se dio el gusto de recordar que el gobierno de Santa Cruz y el gobierno nacional habían concretado esa prioridad editorial.
Aplaudió fervientemente los anuncios del presidente Alfonsín en 1984 y reivindicó siempre el proyecto desarrollista de Frondizi. Disfrutó la buena mesa, fue generoso con sus amigos y disfrutó la vida a su manera. Se dio el gusto de alternar con los directores de los grandes medios de Argentina en las reuniones de ADEPA. Cuando las máquinas de la imprenta de EL ORDEN fueron vendidas, peleó para seguir editándolo, primero en Río Gallegos, y luego en Buenos Aires.
Veinte años después, podemos afirmar que aquellos principios rectores en cuanto a sostener las banderas del desarrollo armónico de Puerto Deseado y honrar a quienes concibieron su futuro, siguen plenamente vigentes y son los que EL ORDEN sostiene y sostendrá.
Mario dos Santos Lopes
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