Puerto Deseado vivió un lunes poco común y con una serie de dificultades y molestias originadas por un prolongado corte del suministro eléctrico.
La interrupción, que se inició pasada la medianoche del domingo, no fue advertida por muchos hasta la madrugada. Desde ese momento comenzó el lento conteo de horas y minutos sin tarjetas de crédito ni de débito, sin radio ni televisión, con heladeras que iban perdiendo la cadena de frío para alimentos y medicamentos, sin sistemas de transmisión de datos, etc.
El servicio volvió por algunos segundos en las primeras horas de la tarde, y volvió a cortarse hasta las cinco.
Este larguísimo corte, a pocas semanas de tareas de mantenimiento encaradas por el personal de Servicios Públicos en Deseado abre una serie de interrogantes sobre el estado de la línea que nos une a Pico Truncado. Son interrogantes técnicos que no nos corresponde a nosotros responder, pero evidentemente el paso del tiempo y los avances de la tecnología no se advierten en este sector.
El servicio que presta la empresa provincial a Puerto Deseado es cada vez peor. El jueves pasado se produjeron dos "recierres" o cortes de menor duración, uno de ellos minutos antes de las 15 y el otro cerca de las 16.
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