“Nos mojaban para dormir, nos golpeaban, nos obligaban a correr” recordó el ex senador ante los jueces luego de rememorar el operativo en el que fue secuestrado y torturado en 1976 junto con su colega, amigo y correligionario, Mario Abel Amaya, quien falleció por los golpes recibidos durante los meses que duró su detención ilegal. El testimonio, el más significativo que se escuche, se produjo ayer en el marco del juicio que por estos crímenes de lesa humanidad se sigue en el Cine Teatro de Rawson.
Durante la declaración que se extendió hasta cerca de las 12 del mediodía, Hipólito Solari Yrigoyen se emocionó cuando recordó la última vez que vio a su amigo, el militante y abogado de presos políticos, Mario Abel Amaya.
“La única y última vez que vi a Amaya ya estando los dos en el Penal de Rawson, nos saludamos. Le dije ‘¿qué tal petiso, cómo estás?’, y él me dijo ‘vos estás negro’, haciendo referencia a que estaba así producto de los golpes”, precisó con la voz quebrada.
El ex senador radical contó con precisión el operativo, la detención y las torturas recibidas. “Es difícil encontrar una explicación racional a hechos irracionales”, señaló para luego recordar que fue secuestrado, junto a Abel Amaya, el 17 de agosto de 1976. “Me llevaron a la madrugada de mi casa de Puerto Madryn, donde vivo actualmente, mientras dormía, en un operativo que parecía una invasión militar. Me subieron al baúl de un auto, con las manos atadas atrás”, relató.
Tras el secuestro, Solari fue llevado, con los ojos vendados, en un avión militar a la base aeronaval de Bahía Blanca, desde donde fue trasladado al centro de detención “La Escuelita”, luego a la cárcel de Villa Floresta y, posteriormente, al penal de Rawson. Todo este siniestro camino de tortura lo hizo junto a Abel Amaya, con quien había defendido a los presos políticos luego asesinados en la denominada Masacre de Trelew.
EL MISMO CALVARIO
Solari explicó que con Amaya sufrió “los mismos tormentos, el mismo calvario, ya que nos mojaban para dormir, nos golpeaban, nos obligaban a correr, lo que para Mario Abel fue tremendo porque era asmático, así que eso fue el principio de su muerte”, precisó.
Luego Amaya fue trasladado a la cárcel de Devoto, donde al visitarlo su madre no lo reconoció, producto del estado en el que se encontraba luego de los golpes recibidos, y allí murió el 19 de octubre de 1976 a causa de las torturas.
Yrigoyen logró sobrevivir a las torturas y pudo salir del país. Ayer, el abogado radical aclaró: “fui expulsado, no me fui por propia voluntad. Pese a todos los sufrimientos, el exilio, jamás varié mi conducta y sigo y seguiré peleando por los derechos humanos de los demás” y luego, en diálogo con la prensa, resaltó la importancia de este juicio porque “el peor enemigo de los derechos humanos es la impunidad”.
Tras el testimonio de Solari, por la tarde, se escuchó el de su mujer, Teresa Hansen, en tanto que hoy declarará su hijo mayor.
Los imputados en el juicio son Osvaldo Jorge Fano, quien era entonces el jefe de la penitenciaría en Rawson; Jorge Osvaldo Steding, ex guardiacárcel del penal; y Luis Eduardo García, ex funcionario y conocido dirigente de la Unión Cívica Radical, que el martes, en la primera audiencia, pidió la nulidad de la acusación.
El Tribunal que lleva adelante el juicio por crímenes de lesa humanidad está integrado por los jueces Nora María Teresa Cabrera de Monella, Luis Alberto Giménez, Ana María D’Alessio y Joaquín Carlos Ruggero. El juicio, que se desarrollará íntegramente en el Cine Teatro José Hernández de Rawson, se extenderá hasta hoy en su etapa inicial y se estima que el proceso proseguirá hasta mayo y que en el mismo participarán más de 40 testigos.
“La única y última vez que vi a Amaya ya estando los dos en el Penal de Rawson, nos saludamos. Le dije ‘¿qué tal petiso, cómo estás?’, y él me dijo ‘vos estás negro’, haciendo referencia a que estaba así producto de los golpes”, precisó con la voz quebrada.
El ex senador radical contó con precisión el operativo, la detención y las torturas recibidas. “Es difícil encontrar una explicación racional a hechos irracionales”, señaló para luego recordar que fue secuestrado, junto a Abel Amaya, el 17 de agosto de 1976. “Me llevaron a la madrugada de mi casa de Puerto Madryn, donde vivo actualmente, mientras dormía, en un operativo que parecía una invasión militar. Me subieron al baúl de un auto, con las manos atadas atrás”, relató.
Tras el secuestro, Solari fue llevado, con los ojos vendados, en un avión militar a la base aeronaval de Bahía Blanca, desde donde fue trasladado al centro de detención “La Escuelita”, luego a la cárcel de Villa Floresta y, posteriormente, al penal de Rawson. Todo este siniestro camino de tortura lo hizo junto a Abel Amaya, con quien había defendido a los presos políticos luego asesinados en la denominada Masacre de Trelew.
EL MISMO CALVARIO
Solari explicó que con Amaya sufrió “los mismos tormentos, el mismo calvario, ya que nos mojaban para dormir, nos golpeaban, nos obligaban a correr, lo que para Mario Abel fue tremendo porque era asmático, así que eso fue el principio de su muerte”, precisó.
Luego Amaya fue trasladado a la cárcel de Devoto, donde al visitarlo su madre no lo reconoció, producto del estado en el que se encontraba luego de los golpes recibidos, y allí murió el 19 de octubre de 1976 a causa de las torturas.
Yrigoyen logró sobrevivir a las torturas y pudo salir del país. Ayer, el abogado radical aclaró: “fui expulsado, no me fui por propia voluntad. Pese a todos los sufrimientos, el exilio, jamás varié mi conducta y sigo y seguiré peleando por los derechos humanos de los demás” y luego, en diálogo con la prensa, resaltó la importancia de este juicio porque “el peor enemigo de los derechos humanos es la impunidad”.
Tras el testimonio de Solari, por la tarde, se escuchó el de su mujer, Teresa Hansen, en tanto que hoy declarará su hijo mayor.
Los imputados en el juicio son Osvaldo Jorge Fano, quien era entonces el jefe de la penitenciaría en Rawson; Jorge Osvaldo Steding, ex guardiacárcel del penal; y Luis Eduardo García, ex funcionario y conocido dirigente de la Unión Cívica Radical, que el martes, en la primera audiencia, pidió la nulidad de la acusación.
El Tribunal que lleva adelante el juicio por crímenes de lesa humanidad está integrado por los jueces Nora María Teresa Cabrera de Monella, Luis Alberto Giménez, Ana María D’Alessio y Joaquín Carlos Ruggero. El juicio, que se desarrollará íntegramente en el Cine Teatro José Hernández de Rawson, se extenderá hasta hoy en su etapa inicial y se estima que el proceso proseguirá hasta mayo y que en el mismo participarán más de 40 testigos.
EL PATAGONICO
No hay comentarios:
Publicar un comentario