EL ORDEN DIGITAL

jueves, 30 de junio de 2011

Adiós a Elena García/ Evocación y agradecimientos

EL ADIOS A ELENA GARCIA
    En momentos de dolor, poco se puede decir, pensar y hablar. Elena se fue en escasos segundos, y si bien sabíamos,  cual era el desenlace final, cuando llego no estábamos preparados para ello. Sin pensar y como acto reflejo, mi hermana y yo, quienes estábamos presentes al momento de su fallecimiento, abrazamos al Dr.  Carlos Schenonne y a Claudia “Viviana Canosa”, así le decíamos cariñosamente y lo único que pudimos decir fue gracias. Gracias por haberla ayudado a partir de este mundo, por la fuerza, por el empuje, por la humanidad, por el profesionalismo, con la que trabaja la gente de nuestro Hospital. La lista es infinita, y abarca desde las enfermeras/os que estuvieron al lado de Elena y el nuestro. Las chicas que limpiaban la habitación cada día, en el más profundo de sus silencios. Hemos sido tratados con humanidad, algo que no tienen precio – y que pocas veces se encuentra en otras Instituciones-, y digo “hemos” porque el trato ha sido igualitario para ella y para nosotros, que simplemente la acompañábamos. Es imposible borrar para mí mente las palabras de Carlos Schenonne, quien nos preparó para su partida (que ella peleó hasta el final), no puedo decir con palabras, ni medir con alguna escala, todo lo que esta persona hizo por ella. No es un simple médico, indudablemente, un ángel lo guía. En igual sentido extiendo nuestro agradecimiento al Dr. Huerta y la Dra. Sanpedro. En esta larga y penosa enfermedad también estuvieron la Dra. Roxana Oitana, Dr. Cesar Covarrubias,  Dr. Benjamín Mercado, Dr. Angel Paz, Dr. Martín Rodríguez (que no pertenece al Hospital, pero fue quien primero la atendió). Dra. Verónica Ojeda, que fue quien posibilitó que viviera sus últimos meses sin dolor, gracias a sus gotas mágicas (morfina) que se convertían en la única fuente que minimizaba su dolencia. Que cambió mi visión y perspectiva hacia su persona, en la que encontré paz, cariño y en la que solo vi un infinito amor por lo hace. Al Dr. Yañez, su esposo, que no dudaba un segundo en llamarla cuando yo no la encontraba. A la “Lic.” Gabriela Izurieta y la “Dra.” Silvana Sarchi - porque así las llamábamos en broma-, quienes aportaron su alegría, en este momento tan difícil, convirtiéndose en las Patch Adams de la habitación N° 16. A Marianita Salvador por su dulzura. A todos, los que de una y otra forma estuvieron conmigo y nuestra familia, en especial a mis amigos “las Marcelas”, María Elena, Paula, Luisa, Mabel y Cachito, que siempre estuvieron a mi lado, a las compañeras del Jardín Maternal de María Elena que la acompañaron con esos mates que se convertían en palo y agua, durante interminables horas. A Renzo, Gastón, Matías, que estuvieron al lado de mi hermano. Gracias al personal de seguridad del Hospital por dejarnos estar todo el tiempo, sin decir una sola palabra, a los camilleros, kinesiólogos, nutricionista, a Rodrigo Perez. A la Lic. Elena Lemos, que la acompaño en su dolor. A sus compañeros de trabajo, Silvia y Naty. En especial a la familia Santos  A Patricia, su amiga del alma. La lista es interminable, es imposible nombrar a todos y sería injusto olvidarnos de alguien. A todos los que se acercaron a verla y a los que simplemente prefirieron quedarse con su recuerdo, manteniendo en su mente, la imagen de su eterna alegría. Familia Inayado- Garcia.

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