En Deseado, el cura párroco reflexionó sobre las responsabilidades individuales
El cura párroco de Puerto Deseado, José María Domenech, formuló una reflexión sobre los difíciles momentos que vive Santa Cruz, comparándolos con los problemas de la naturaleza al decir que "hay desgracias naturales, volcánicas, maremotos, terremotos, no las podemos evitar, pero hay otras desgracias que sí pudiéramos haberlas evitado, como el calentamiento global, para el cual ya hemos llegado tarde y hay verdaderos responsables que siempre encuentran excusas, porque los cobardes siempre han encontrado excusas que ellos saben que no son ciertas".
"Estoy convencido de que gran parte de las desgracias que nos suceden las podríamos evitar, si se dieran dos condiciones: si actuamos con amor y asumiendo la responsabilidad de nuestros actos", sostuvo el sacerdote en el espacio semanal que ocupa en FM DESIRE.
En este contexto dijo que "en este siglo XXI tenemos una soberana, profunda y endémica desorientación en el campo del amor", preguntándose luego si "somos de verdad capaces de asumir nuestras responsabilidades".
"Creo sinceramente que no se asumen responsabilidades... ¿cuántos políticos piden que se les vote y después no quieren asumir ninguna responsabilidad?", se preguntó.
"Si nadie asume ninguna responsabilidad de nada hoy se quema el Ministerio, mañana se quema la Casa Presidencial, pasado mañana se quema un hospital y nadie tiene ninguna responsabilidad o se busca al portero, o al vigilante de noche para echarle la culpa", advirtió, en explícita referencia a los hechos acontecidos la semana pasada en Río Gallegos.
Domenech afirmó, en otro tramo de su mensaje, que "todos somos políticos, y no solamente los que nos piden el voto". "Todos tenemos responsabilidades en las decisiones que tomamos", sentenció.
"Cuando yo soy capaz de hacer trampa en mi negocio, estoy tomando una decisión política en el campo económico, y soy responsable de lo que estoy haciendo; cuando tomo la decisión de no limpiar el ámbito en el que estoy viviendo o tiro basura en cualquier parte, transformo las calles de mi ciudad en un basurero público", reflexionó.
El párroco se interrogó luego "qué importancia tienen las otras personas, que caminan con nosotros en la calle, para nosotros", agregando: "¿puedo faltarle el respeto a cualquiera? ¿educamos a nuestros jóvenes para respetar a las otras personas o tenemos miedo de hacer esto porque es antiguo, porque la urbanidad ya pasó de moda?". De esta manera, a su juicio "es lógico que se dé un disparate detrás de otro".
"Dios es el gran constructor de nuestra comunidad humana a través de cada acción de nosotros, y es posible evitar algunas desgracias, si amamos como Dios y asumimos toda la responsabilidad de hacer todo para que nuestros hermanos tengan vida, y la tengan en abundancia", finalizó el salesiano su alocución.
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