EL OBISPO DE SANTA CRUZ RECHAZA LA MILITARIZACION DE LA PROVINCIA

“A quien piensa distinto se lo ve como enemigo u opositor”
El Obispo de Santa Cruz y Tierra del Fuego, monseñor Juan Carlos Romanín, habló de la conflictiva situación que vive nuestra ciudad y de la relación entre el Gobierno provincial y los docentes.
En diálogo con la radio del Obispado, FM Presencia, no dudó en replicar que por existir un panorama delicado, “el que piensa distinto se transforma en enemigo u opositor”.
Deslizó que nunca quiso ocupar el lugar de mediador porque nunca tuvo la capacidad para hacerlo. Fustigó los actos vandálicos junto con los sueldos mal liquidados que sufrieron los educandos, que según su opinión son una provocación para que existan más actos de violencia, pero que no provendrían de parte de los docentes. Sostuvo que más allá de la sensación de inseguridad, la militarización es exagerada y que muchos sacerdotes de la provincia tienen miedo.

Dialogo

Monseñor Juan Carlos Romanín reiteró ayer, que la solución a los conflictos que atraviesa la provincia de Santa Cruz, sólo puede tener un camino de solución a través del diálogo y la paz.
En declaraciones a FM Presencia, radio del Obispado de Río Gallegos, señaló que “el tema es delicado. “Lamentablemente aquél que piensa distinto se transforma en enemigo u opositor”. “Yo no creo que sea así, el hecho de disentir significa que juntos tenemos que buscar una misma verdad. Esto se viene conversando hace mucho tiempo y aquí, en la mesa del Obispado, han venido todos. La responsabilidad del Obispo es escuchar a todos y agilizar canales de diálogo. Insisto en que nunca quise ser mediador de nadie porque no me encuentro con las capacidades para hacerlo, pero sí facilitar lugares o personas para que puedan sentarse en una mesa y rápidamente buscar algún tipo de solución”, puntualizó el prelado.

Pasos

Con respecto a los pasos posibles a seguir, indicó que “en mi corazón surgen dos cosas claras que son las que siempre dije: la paz y el diálogo. La paz porque tenemos derecho a manifestarnos, a expresarnos, aunque pensemos distinto, pero en un clima de concordia, de inteligencia, donde el respeto y la confianza sean lo primero. Por ello, todo aquel que incite a la violencia, al odio, no está bien, nos perjudica y retrasa todo tipo de encuentros. El diálogo, porque me parece que las dos partes deben darse este espacio para poder conversar, más allá de lo que después se pueda dar como solución de las cosas. Si hay un reclamo, sea de una persona, trescientas, mil o más de mil, hay que escucharlo. Para eso hay que dialogar con sinceridad y confianza en el otro”, vertió.
El referente de la iglesia de Santa Cruz y Tierra del Fuego, insistió en que “asumamos un compromiso muy sincero para cuidar nuestra paz social. Sabemos que esa paz debe ir de la mano de la justicia, por eso insisto en que las partes en conflicto deben encontrar un espacio de diálogo maduro y democrático, para poder negociar una solución que debe contemplar siempre el bien común” y agregó que “de mi parte nunca cerré las puertas del Obispado, están siempre abiertas. Cada uno después interpretará como quiera esta situación pero reitero que el Obispado es la casa de todos, aquí nadie queda excluido”.

Militarizacion

Romanín no eludió opinar sobre la presencia de Fuerzas de Seguridad en las escuelas. En este contexto, consideró “bastante exagerada la presencia de las Fuerzas de Seguridad. Fuerzas que son nuestras mismas familias. Yo conozco mucho, por ejemplo, a la gente de Gendarmería y es gente buenísima. El hecho de que se los invite a estar ahí, indica que hay una sospecha de que habrá reacciones de violencia, que desde una realidad como es la docencia yo descarto totalmente. Si llegara a haber violencia como la que hubo, no creo que venga de los docentes; me refiero a todas las amenazas, mentiras, calumnias, mal interpretaciones, rotura de vidrios, sueldos muy mal liquidados, rotura de coches… esas cosas no hablan bien. Evidentemente provocan una necesidad de seguridad pero me parece desproporcionada totalmente a lo que se está viviendo. En este sentido, tenemos que evaluar mejor las cosas y tener criterios mucho más amplios, porque de esta manera existe una provocación para que tengamos violencia. No sé adonde se quiere llegar con eso, o sospecho y me duele muchísimo”, subrayó.

Miedo

El pasado jueves, monseñor Juan Carlos Romanín celebró junto a los sacerdotes de la diócesis la Misa Crismal, durante la cual recibió la renovación de las promesas sacerdotales y consagró de los santos óleos. Durante el día compartió con sus sacerdotes el análisis de la actualidad de las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego, con el fin de discernir “cuál es la voluntad de Dios en este tiempo y, como Iglesia, en qué debemos ayudar a nuestro pueblo a tener esa justicia social que tanto necesitamos y merecemos, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia”.
En ese marco, el Obispo reconoció que algunos sacerdotes sienten miedo, porque “el tema no se reduce sólo a Río Gallegos o a Puerto Deseado. En este momento, son prácticamente todas las ciudades las que están pasando por una crisis, por querer manifestarse y pensar distinto en muchas cosas. Esto a muchos nos toma de sorpresa y cada uno responde de acuerdo a cómo esté preparado: algunos son más fogosos e impulsivos y otros, más tímidos o temerosos. Yo siempre pedí (a los sacerdotes) que busquen la verdad y se jueguen por la verdad. Que no se dejen presionar por nadie, ni siquiera por el Obispo, que se sientan libres y estén junto a los pobres, junto al pueblo. El sacerdote está para eso. Está abierto a todos pero, hay predilección por los pobres. Esa opción la pone el Evangelio y la Iglesia de América Latina, es la opción por los pobres más pobres”.

Dolor

Con respecto a su propia persona, el Obispo dijo no tener miedo, “ni a nadie ni a nada. Siento la presencia de Dios que es siempre nueva, no sólo en mi vida sino en toda la gente que vive aquí en la Patagonia. Es un momento difícil y más que miedo siento dolor, sobre todo por la gente que está sufriendo. El hecho de vivir en la verdad, la verdad que surge de la gente que viene al Obispado, me hace sentir libre. Cuando uno es libre no tiene miedo” y remarcó “la comunicación y el apoyo muy cálido” recibido por su Iglesia y “particularmente de los Obispos de la Patagonia”.

Semana Santa

Monseñor Romanín, reflexionó además, acerca del significado de la Semana Santa expresando que “para mí la Semana Santa es contemplar y agradecer. Contemplar significa, como dice el Evangelio de San Lucas, que todos tengan los ojos fijos en Jesús. Jesús en estos días nos regala el mensaje más trascendente que nos pueda regalar Dios que es amar sin medida y, desde este testimonio tan fuerte los invito a todos a recogernos, a hacer silencio, a tener momentos de intimidad para contemplar este misterio de amor tan grande. Esta contemplación después por supuesto tiene que traducirse en una vida distinta de parte nuestra. Agradecer porque sabemos que la Semana Santa no acaba en la cruz sino que acaba en la Vida. Agradecemos a Dios el don de la Vida y debemos hacer todo el esfuerzo posible para tener una mejor calidad de vida, una vida espiritual mucho más profunda, por tener entre nosotros días felices, nuevos, donde el Reino de Dios sea una realidad; Reino que es de Justicia, Paz y que, sobre todas las cosas, es el Reino del Amor”.

Celebracion

El prelado celebrará el Domingo de Pascua en Puerto San Julián, localidad donde se inaugurará el Vía Lucis. Este parque temático está ubicado en un monte próximo a la ciudad, en el cual se erigieron representaciones artísticas sobre los diferentes momentos de la resurrección de Jesús. El Obispo indicó que el Vía Lucis “es el camino de la luz que consta, al igual que el Vía Crucis, de catorce estaciones. Con esculturas muy lindas del artista Quiroz, que representan las apariciones de Jesús resucitado. Es bellísimo y vale la pena no sólo disfrutarlo sino también contemplarlo. Vamos a bendecir las esculturas y, si el tiempo lo permite, durante el mediodía vamos a celebrar la Misa de la Pascua en la escultura de la Resurrección”, culminó.


Fuente: Redacción Tiempo Sur