EL ORDEN DIGITAL

miércoles, 18 de abril de 2007

Y... DONDE ESTAN LAS MONEDAS?

Y… ¿Dónde ESTAN LAS MONEDAS?
Escribe MARIO DOS SANTOS LOPES (director del Semanario EL ORDEN)
El problema no es exclusivo de Puerto Deseado; situaciones similares se han observado en la ciudad de Buenos Aires, en Córdoba, en Mendoza y en diversos puntos del país. La circulación de monedas se ha complicado fuertemente, originando una serie de dificultades para dar los vueltos que corresponden.
Algunas veces se aplica el redondeo, otras veces se entregan los molestos caramelos o golosinas no siempre deseadas para reemplazar los centavitos que no aparecen por ningún lado. Por otra parte hay precios y tarifas realmente insólitas y destinados a generar problemas y discusiones por cifras realmente irrisorias. El empleado de la caja no quiere absorber los vueltos que no puede entregar durante el día, y el cliente se aferra a su derecho a recibir lo que le corresponde. A veces, ni siquiera los bancos o las empresas de servicios cuentan con el dinero metálico necesario.
Es una molestia, que genera una serie de roces innecesarios. Algunos comercios –que trabajan con importes pequeños- han colocado carteles, y los empleados anticipan al cliente que si no posee las moneditas, es mejor que no haga la transacción. Ningún comerciante quiere perder compradores, pero se ven obligados a hacerlo para evitar encontronazos por no avisar.
¿Qué está sucediendo, en realidad? Existen varias alternativas sobre las cuales se especula. Todas son extraoficiales, porque no existe ninguna explicación por parte de las autoridades. Algunos culpan al Casino, gran alcancía de la ciudad donde mucha gente deposita crédulamente y sin pensarlo demasiado, sus ahorros de todo el mes. No parece ser esta la única causa.
Hay muchos deseadenses que van depositando, en frascos, latas o los tradicionales “chanchitos” las moneditas que reciben de vuelto, las que ahorran en cigarrillos, o el dinero que supuestamente gastarán en sus vacaciones. Algunos han confesado contar con varios centenares de pesos destinados al próximo verano. Con derecho otros se preguntan por qué no cambiar esas monedas por billetes y guardarlos abajo del colchón, atrás de un cuadro o en el banco.
El diputado Francisco Delich ha presentado ante la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto tendiente a “solicitar al Banco Central de la República Argentina se sirva informar sobre el siguiente cuestionario:
1. Cantidad de Monedas de 1(uno), 5 (cinco), 10 (diez), 25 (veinticinco), 50 (cincuenta) centavos de Pesos y de 1 (uno) peso en circulación, e informe cuales son los parámetros tomados para la emisión de las monedas mencionadas
2. Cantidad de Monedas de 1 (uno), 5(cinco), 10 (diez), 25 (veinticinco), 50 (cincuenta) centavos de Pesos y de 1 (uno) peso incorporadas al mercado en los últimos 90 (noventa) días.
3. Las razones por las cuales no circulan suficientes Monedas de 1 (uno) y 5 (cinco) centavos de Pesos en la actualidad.
4. Informe cuales son los parámetros tomados para la distribución de las monedas mencionadas.
Delich dice que “la falta de monedas de los valores mencionados tanto en comercios minoristas y mayoristas se agrava cuando esta situación se plantea en las distintas entidades bancarias tanto oficiales o pertenecientes a la banca privada. Este perjuicio repercute en muchos ejemplos masivos y recurrentes en el quehacer cotidiano. Uno de ellos se manifiesta en los Locutorios donde, a pesar de que se trata de una tarifa regulada por el estado, el costo mínimo de una llamada local es de $ 0,23, en esta situación el cliente no recibe el vuelto correspondiente como tampoco el comerciante cuenta con la disponibilidad del cambio necesario. Es así que la llamada termina costando $0,25, sin ningún tipo de control por ese excedente”.
“Según señala PRODELCO, Asociación de Protección al Consumidor, en la Argentina se pierden $1.450 millones de pesos anuales por vueltos no reclamados y ese dinero no tributa IVA ni ningún otro impuesto lo que significa una perdida considerable también”, fundamenta el diputado nacional.
Exagerando un poco la nota, o poniéndole un toque de dramatismo que va más allá de lo monetario, Delich dice que “no podemos permitir que la falta de circulante, o el desconocimiento general genere en nuestra sociedad desprecio por el centavo que es también una forma de desprecio por el poseedor de la moneda”.
Tan insólita es la situación que se plantea por esta carencia, que algunos comercios locales exhiben carteles donde se ofrece el pago de un diez por ciento adicional sobre el valor de las monedas que los clientes puedan entregar. Se busca, de esta manera, recuperar parte del dinero metálico que, misteriosamente, ha dejado de circular desde hace varios meses.
¿Alguien tiene más datos? ¿Alguien las vio? Avisen, por favor.

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