Otra vez estoy de vuelta
si es que a alguno le interesa
mi cuaderno en esta mesa
me sirve para escribir
lo que acabo de vivir
voy de sorpresa en sorpresa.
Me invitaron a los quince
de la hija de mi hermano
yo soy el más veterano
de la familia Lucero
y defiendo con el cuero
lo que escribo con la mano.
Debo decirles primero
aunque el decirlo me duela
que mi cuñada la Estela
la gauchada despreció
cuando este criollo ofreció
los galpones de la abuela.
"Pero cómo se le ocurre
una tamaña zoncera
¿tantos años una espera
para ir un lugar mugriento?
para este acontecimiento
quiero un salón de primera".
Cuando esas razones puso
casi me vuelvo a la estancia
porque es mejor la distancia
cuando aquella muerta de hambre
criada a papas matambre
respondió con ignorancia.
El día de la gran fiesta
arranqué para el salón
arrebatau de emoción
con la frente descubierta
y dejé atao en la puerta
a mi caballo marrón.
Vi el salón ornamentado
con vampiros bien sangrientos
y máquinas de tormentos
fantasmas, sangre y arañas,
todo lleno de lagañas
como en un libro de cuentos.
"Esta es una fiesta dark"
me dijo de cerca un tuerto,
y otro con mezcla de muerto
y cuernos de Satanás
dijo: que bien te lookeás
se ve qué sos un experto.
Yo que iba con traje oscuro
un poco ajado, un sombrero
aludo, cinto de cuero
pantalones que brillaban
y los pibes exclamaban:
ahí llegó el sepulturero.
Cuál sería mi sorpresa
cuando se abrió la cortina
entró a sonar la bocina
y en medio de una explosión
desde adentro de un cajón
como un monstruo, mi sobrina!
Pelo negro, labios negros,
un corpiño diminuto
mini pollera de luto
yo pregunté: ¿qué le pasa?
y dijo la Nicolasa:
"pero hombre no sea bruto".
Insistí al ver su ataque:
"pero algo le está pasando,
no entiendo qué están cantando
dígame antes que la saque
si es que le ha dado un ataque".
-No, señor, está perreando...
Lo que vi no tiene nombre
cuando un negrito bien feo
al que lo apodaban Leo
y pa mí con malas artes
rozaba todas sus partes
¿y a eso lo llaman perreo?
Yo le llevaba una Barbie
pa hacerme bien el moderno
pensando un regalo tierno
para hacerle a aquella gurisa
mi hermano largó la risa:
"no ves que ya tengo yerno?".
Cuando vi pasar al mozo
le pedí una ginebrita
o al menos una cañita
pa amenizar la velada
y me trajo, bien helada
la Speed en una latita.
Era casi madrugada
yo pensaba: pa qué vine
en cuanto esto se ilumine
me vuelvo para las casas
la guainas están escasas
y es más oscuro que un cine.
En eso el mozo volvió
trayendo una milanesa
y una grapita a mi mesa
y en esa fiesta de muerte
para cambiarme la suerte
me raptó una vampiresa.
Don Segundo Luz
(tal como se lo dictó a Mario dos Santos Lopes)
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