EL ORDEN DIGITAL

martes, 2 de junio de 2009

Ocho policías heridos
Increíble gresca en Puerto Deseado


La habitual calma de la ciudad de la ría se vio perturbada el fin de semana último sin ninguna causa aparente, salvo los efectos nocivos del alcohol. En el barrio Randisi, ubicado dentro del casco urbano de Deseado, un grupo de alrededor de nueve personas se encontraba ocasionando disturbios, profiriendo gritos, insultos y peleándose entre ellos, según el parte emitido por la comisaría local.
Según el comisario Carlos Ayuso, en la madrugada del sábado, uno de los integrantes del grupo, al verificar el acercamiento del patrullero que estaba realizando patrullajes de rutina, le propinó un puntapié al vehículo y profería amenazas contra los uniformados. Las demás personas que lo acompañaban -"bajo ingesta de bebidas alcohólicas u otras sustancias" según indica el informe- comenzaron a arrojar piedras contra el auto policial, que se retiró del lugar y requirió refuerzos al puesto policial "Nicolay" y a la comisaría, dado que en el interín recibieron una llamada telefónica anónima que alertaba sobre disturbios en el lugar.
Al arribar al lugar, encontraron a los revoltosos, quienes no aceptaron las recomendaciones de los agentes, y siguieron "profiriendo todo tipo de amenazas, portando cadenas, cintos con tachas y elementos contundentes, con intenciones agresivas", de acuerdo con el relato.
Posteriormente uno de los malvivientes arremetió contra un efectivo policial, arrojándole un golpe de puño. Esto motivó su reducción por parte de los agentes, pero de pronto aparecieron otros hombres que agredían de diferentes maneras al personal de seguridad, entorpeciendo su accionar. Los policías debieron hacer uso de la fuerza necesaria para detenerlos.
Como consecuencia de estos desmanes, tres hombres fueron llevados a la comisaría, y otros tres se dirigieron al edificio con piedras, intentando ingresar para liberarlos. Uno de ellos fue interceptado y detenido. Conforme a las directivas del juzgado, previo certificado médico y fijación de domicilio, dos menores involucrados fueron restituidos a sus progenitores. Los dos mayores quedaron detenidos en carácter de incomunicados durante el lapso establecido legalmente, y luego fijaron domicilio, quedando a disposición del juez interviniente.
A consecuencia de estos hechos lamentables, ocho policías sufrieron heridas leves, incautándose en el lugar del hecho una cadena larga de mano de color plateado y un cinto con tachas de color negro.

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