EL ORDEN DIGITAL

sábado, 19 de septiembre de 2009

100 años del ferrocarril/ Relato de Hector Raúl Ossés

Pico Truncado:
Último tren a Puerto Deseado.


El Jefe saca un reloj del bolsillo del chaleco gris.
Comprueba la hora. Estira la mano hacia la cuerda y hace sonar la campana.

Ahora nadie recuerda cuándo salió el último tren.
El pueblo ferroviario de casas con ventanas de múltiples vidrios que dan a La Estación pasó a ser, luego de la partida, un pueblo petrolero.

Nadie lo recuerda pero un día, a cierta hora, salió el último tren. Iba con dirección al mar buscando el puerto donde desembarcó envuelto en la magia del que viene parido por el mismísimo vientre de la Revolución Industrial.

No sabemos si el Jefe o algún testigo ocasional habrá pensado que, si del Este venía al Este volvía. Los habitantes de entonces, los que no sabían que era el último viaje, quizá corrieron -otro día- los visillos tejidos de hilo al crochet esperando en vano ver a través de la ventana el paso del tren hacia el Oeste.

En el andén ya no hay viajeros. Ya nadie espera ese periódico testigo de la existencia de los otros. Ya no volverá esa lanzadera que enhebraba los extremos del cordón umbilical de acero.

100 años.
Héctor Raúl “Gato” Ossés

Un abrazo enorme a los ferroviarios de Puerto Deseado.

1 comentario:

Noesperesnada dijo...

Muy buena la cronica, con mucha carga de nostalgia y a la vez muy esperanzadora...