Escándalo entre pastores de la iglesia "wesleyana"
Se acusan por manejo de fondos; denuncian patoterismo y "patovicas"
Una escandalosa situación se produjo este fin de semana en el templo de la iglesia evangélica Wesleyana de Puerto Deseado, a partir del arribo de dirigentes de esa congregación provenientes de Bahía Blanca y de Buenos Aires. El pastor Rodolfo Quesada, representante laico de la entidad dijo que se trata de una institución organizada y con personería jurídica, explicando que "vinimos para solucionar un inconveniente, pero fuimos prepoteados, patoteados".
"Vinimos por una conversación que teníamos que hacer con el pastor Braulio Torres, llegamos a la reunión y esperamos que nos dieran la oportunidad de decir para qué veníamos, como siempre se hace cuando llega una autoridad de la iglesia evangélica, y cuando se acercó el presidente de nuestra misión se acercó para explicarle, empezó a los gritos, nos dijo que habíamos llegado en grupo de matones y patoteros y nos echó", explicaba ayer Quesada.
Uno de los temas centrales del cuestionamiento fue el cambio de nombre que había realizado semanas atrás el pastor Torres. "Ahora tiene otro nombre, que no recuerdo, pero esto está asentado en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto como Misión Evangélica Wesleyana", sostuvo, planteando que "no queremos recurrir a la justicia, porque creemos que Dios tiene que obrar y ser quien haga justicia".
Amor el dinero
En medio de una fuerte polémica mediática desatada en la mañana del lunes, Torres opinó que "vinieron de afuera para ensuciarnos". "Nos apartamos de la Misión porque fuimos a Bahía Blanca y han vendido propiedades", dijo, al tiempo que denunciaba que "quieren apropiarse de esto, que hemos construido con tanto esfuerzo y con ayuda de las autoridades, con gente que ha puesto su esfuerzo".
Según su relato "irrumpieron en pleno culto cuatro personas a prepotearme y yo les pregunté si venían como patoteros", acotando que "esto es muy triste porque la iglesia estaba llena de gente, y trataron de basurearme, de apocarme, de sacarme para poner a alguien que ha echado un montón de mugre sobre la iglesia".
En medio de este relato el pastor Torres denunció que "hay un dinero que está siendo malgastado", agregando que "hemos aportado dinero y nos dieron recibos truchos... nunca hubo algo claro con el dinero, que desapareció después de la venta de propiedades en Neuquén". "No tienen amor por la gente, tienen amor por las propiedades, por el dinero", acusó el religioso, para añadir que "me suspendieron por un año porque todo lo que aportamos no figura en ningún lado, desapareció".
Como si todo esto fuera poco, en otro tramo de la entrevista, sostuvo que el pastor Quesada "estuvo suspendido cinco años en Bahía Blanca por adulterio, y ahora se viene a hablar de nosotros que estamos trabajando en Deseado hace diecisiete años".
Patovicas
El vicepresidente de la Misión Wesleyana, Luis Paredes, también intervino en este áspero intercambio de opiniones e insultos, señalando que "tenemos con el Estado todas las cosas en orden", para aclarar que "no vinimos a usurpar ni a maltratar a nadie, ni a amenazarlo", lo que consideró "una calumnia". "Me duele escuchar a una persona incoherente", recalcó, en referencia a Torres. "Nos insultó, nos echó afuera, y además tenía una banda de patovicas, y nosotros somos tres personas", agregó.
En este aspecto aseveró que, como autoridades eclesiásticas, no estaban conscientes del cambio de nombre y querían conocer las razones de esa modificación. "Esos terrenos están comprados a nombre de la Misión Wesleyana, que tiene la personería jurídica 7177 y el fichero de culto 599", puntualizó.
"Nosotros hoy le hacemos una demanda por calumnias", anticipó, a los gritos, el pastor Paredes, admitiendo que "me da vergüenza tener que estar haciendo estas aclaraciones públicamente".
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