Gato Ossés y Nito Sáiz cantan y
cuentan.
Música patagónica en el Centro
Cultural Comodoro Rivadavia
Este viernes, a las 21, se presentan dos pilares de la
música de la región, en el Centro Cultural. Se trata de Héctor, el Gato, Ossés
y Pascual Nito Sáiz. El espectáculo es libre, gratuito y cuenta con el auspicio
de la Secretaría de Cultura de Nación y de la Municipalidad de Comodoro
Rivadavia.
Ossés
viene a presentar su último Cd “Patagonia ADN”, una obra que completa la
trilogía junto a los discos Patagonia al Sur y Gato Ossés en el Camino. Dice al
respecto que “creo que estos discos son una tesis sobre la música de mi región,
donde espero haber expresado lo simbólico y lo trascendente de la mixtura entre
lo heredado y lo recibido”.
En
Patagonia ADN, Ossés grabó temas que pertenecen a la memoria colectiva de los
patagónicos y que pertenecen a reconocidos músicos de la región, como es el
caso de Marcelo Berbel, Valeriano Aviles, Abelardo Epuyen González y el
comodorense, Pacual Nito Sáiz. Justamente, en el espectáculo del viernes, se
realizará públicamente este reconocimiento que Ossés hace de la obra de Saiz.
Nito, el comodorense
Pascual ‘Nito’ Saiz nació en Pampa Amarilla,
en la zona de Bahía Bustamante, Su nacimiento fue anotado en un registro civil
que ya no existe, el de Pico Salamanca.
Su comarca, o su propia latitud como lo
define, es “una franja que se ubica
desde la Ruta 3 hacia el mar, desde Camarones a Puerto Visser, con Bahía
Bustamente en el medio y el mar”. Es un universo que tiene al Pico Salamanca
como el referente central de la geografía de la zona que incluye a la gente con
su trabajo y el paisaje de la costa.
Así como un fotógrafo registra el
acontecimiento en una imagen, o como el cronista en un texto, Nito lo hace en
sus canciones y quienes habitaron esa comarca existen, más allá de sus propias
vidas, en las letras de gran parte de sus temas.
La tradición musical le viene de sus mayores
y se le fue metiendo en la piel en los encuentros de trabajo donde se
intercalaba la tarea con la fiesta y los juegos de destreza. “La gente cantaba
y bailaba pasodoble, ranchera, ‘valse’, algún tango capaz, como parte de la
diversión que existía donde el universo del trabajo incluía fiesta con baile,
con vitrola o con una verdulera y eso era, además, un encuentro de amigos, vecinos y familiares.
Nito Saíz se nutre, asegura, “con lo que viví, lo que me dieron y lo que veo,
con eso me alimenté y con eso me alimento”.
‘Solito en el campo’
Es el pasodoble que comparte en el Cd del
Gato Ossés y es testimonio del trabajo artístico de este gran compositor
patagónico. “Yo vi ese carro leñero enterrado en medio del arenal de un río
temporario, solito en el campo, lo vi y pensé en la gente errante que antes,
como el carro, andaba en el campo de aquí para allá”.
Aquí, como en todos su temas se percibe el
olor a tomillo, la textura de la malaspina y esa greda marrón clara, seca, que
el viento levanta desde el suelo como una fina cortina terrosa y que Nito
conoce y ama tan bien.
El Gato y Nito, cuentan y cantan.
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