EL ORDEN DIGITAL

miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿MERLUZA O CENTOLLA? UNA NOTA DE IRENE STUR SOBRE LA PESCA EN EL GOLFO

Golfo San Jorge
¿Pescar centolla o merluza? Aseguran que ambas no pueden convivir
 
El debate se dio en Santa Cruz y también en Chubut. La llegada de una empresa estadounidense, con toma de mano de obra desocupada, ha puesto en el centro del debate la realidad del Golfo San Jorge, que debe volver a sentar a las provincias a repensar el plan de manejo de la zona.

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Un subsecretario de Pesca y los primeros pasos para marcar, prácticamente, la salida de un ministro en Santa Cruz ha sido el costo de un debate de intereses pesqueros sobre el Golfo San Jorge que nadie, todavía, ha asumido en su verdadera magnitud.
La situación generada en torno a los permisos de pesca de la empresa centollera Yaganes provocó un fuerte debate, y la colocación del sustento de la gente como método de presión desnudó un juego de intereses implacable.
Yaganes se instaló en Santa Cruz en la ex planta de Conarpesa. Tomó mano de obra desocupada para “remozar” las instalaciones y mucho antes de que los permisos de pesca le hubiesen sido otorgados.
La recomendación del Consejo Federal Pesquero de mermar el esfuerzo sobre un recurso que tarda siete años en recuperarse, como la centolla, hizo que se frenara la decisión final, además del incumplimiento.
El 5 de noviembre y luego de un piquete que trabajadores de la planta de Yaganes realizaban, temerosos de perder su horizonte laboral, sumado al desabastecimiento de combustible generado no sólo en la zona norte sino en toda la provincia, favorecido por otro piquete planteado por docentes en Chubut, forzaron al Consejo Municipal Pesquero de Caleta Olivia a buscar  una salida para la petición de la empresa.
Si bien inicialmente se reclamaba el otorgamiento de los cuatro permisos de pesca que la empresa pretendía sobre el Golfo, aduciendo el compromiso que fuera firmado oportunamente con autoridades provinciales el 5 de marzo de este año, finalmente logró poner blanco sobre negro.
La existencia de una resolución del Consejo Federal Pesquero que pedía bajar el esfuerzo sobre el recurso centolla, más el reclamo de los pescadores artesanales, cuyas artes de pesca no pueden convivir con la de la centolla, terminó volcando la balanza que permitiera encontrar una solución “más salomónica”.
No sin discusiones, finalmente se decidió que Yaganes pescara por debajo del sur del paralelo 48 y no en el Golfo San Jorge como pretendía, al tiempo que no podrá procesar la centolla en otro puerto que no sea Caleta Olivia.

Sin merluza
Los estadounidenses también se instalaron en Chubut. Y la reacción de los pescadores artesanales, que pescan fundamentalmente merluza, fue similar a los de Caleta Olivia. 
En oportunidad de analizar el panorama pesquero de Comodoro Rivadavia con el intendente de la ciudad, los pescadores señalaron que uno de los temas abordados con el jefe comunal y el secretario de Gobierno fue la dificultad para poder realizar la operatoria de pesca de merluza dentro del Golfo San Jorge, al tiempo que sembró dudas sobre el impacto en la mano de obra local que tiene el proyecto de desarrollo de centolla.
“Actualmente en el Golfo no hay merluza, nosotros estamos trabajando con langostinos que traemos de Rawson. Esto sucede debido a que hay empresas con personal que no es de la zona, que se encuentran pescando centolla”, criticaron los empresarios y agregaron que “nosotros seguimos en nuestra actividad, pero no podemos pescar merluza correctamente porque está lleno de trampas para pescar centolla, por lo que nos tenemos que trasladar a otros espacios”, indicó.
Es que las artes de pesca de la merluza, que es por redes, son absolutamente incompatibles con la de merluza que es por trampas. Y eso provoca enfrentamientos entre centolleros y merluceros.
Pero el planteo realizado a principios de diciembre fue el primero hecho público por el sector empresario pesquero de Comodoro Rivadavia, cuestionando la explotación del recurso centolla.
Yaganes pesca en el Golfo San Jorge bajo permisos de pescas chubutenses. Y los empresarios aseguran que desconocen quién otorgó esa autorización para pescar en esta zona una centolla que tarda 8 años en ser adulta, al decir que “cuando se vayan no va a quedar nada”. 
También resaltaron que al tratarse de empresas de afuera, el trabajo que deja la pesca de la centolla en la zona es poco, “sólo la estiba para los centolleros y el transporte”, opinó.

Defensa de Yaganes
La firma de capitales estadounidenses salió y se defendió, negando que la explotación del recurso centolla en el Golfo San Jorge afecte al de merluza.
La presidente de la empresa Yaganes SA, Andrea Torres Espinoza, salió en defensa de las inversiones realizadas en la Patagonia por parte de Yaganes para la explotación del recurso centolla, su procesamiento en tierra con incorporación de valor agregado para la exportación de productos alimenticios.
Resaltaron que las licencias pesqueras fueron otorgadas por el Gobierno de Chubut y que las capturas obtenidas se descargan en el puerto comodorense empleando mano de obra de la estiba local, y esa materia prima se traslada vía terrestre a Puerto Madryn donde es procesada en las instalaciones de la planta de Conarpesa, en la que Yaganes tiene montada su propia estructura, donde se elaboraban productos alimenticios de góndola de alto valor añadido, los cuales son colocados en selectos nichos de mercados internacionales. 
“Cuando el proyecto de este inversor llegó a la Argentina y se constituyó la empresa Yaganes fue hace 23 meses”, explicó a Revista Puerto la ejecutiva Andrea Torres Espinoza, “y siempre se mantuvieron las mismas coordenadas y objetivos del proyecto de inversión de explotar el recurso centolla con barcos fresqueros”, precisó. 
La presidente de la compañía sostuvo que “la inversión está pensada para dar trabajo en tierra que es lo que se está haciendo, más rentable hubiera sido con barcos congeladores”, dijo al destacar el perfil que tiene el plan de inversor que busca desarrollarse en Santa Cruz y Chubut. 

Una excusa
La compañía afirmó que el área de operaciones es la asignada por la administración pesquera chubutense. “Nos designan un sector dentro de las coordenadas que nos fijaron. La primera queja de estos empresarios era que no podían pescar merluza, pero me dejó pensando que después se quejan de por qué nadie los participó de la posibilidad de pescar centolla y que estos permisos le debieron ser ofrecidos a ellos” señaló. La centolla está desde tiempos inmemoriales en el Golfo San Jorge, recordaron, por lo que los fresqueros no pueden desconocer su pesca.
“Cuando Yaganes presentó este proyecto no competía con nadie, porque no había otro. Empezamos a desarrollar este proyecto de cero. No sé cuantas compañías pesqueras extranjeras vienen hoy a invertir en pesca a Argentina, y además invierten en plantas en tierra. Hoy no creo que exista otra más que la nuestra”, opinó la gerente.

Golfo San Jorge
El Golfo es una zona interjurisdiccional, compartida entre Chubut y Santa Cruz, por lo que es imperioso que ambas provincias recuperen el trabajo conjunto que siempre fue mantenido en aras de preservar el recurso pesquero que es importante y mucho.
El convenio del Golfo San Jorge, que en su momento fuera ratificado por Ley 2.854 de la provincia de Santa Cruz, permitía el desarrollo biológico de la especie langostino, la migración hacia aguas de jurisdicción nacional convenientes para ambos estados, en el retorno de la especie hacia el sur permite la pesca en la zona de Rawson con rindes óptimos y la preservación de las hembras maduras e impregnadas, favoreciendo el ciclo reproductivo en ambas jurisdicciones provinciales.
Luego de un intento de derogación a fines del 2011, hoy poco a nada se habla de si el mismo sigue vigente o no. Pero las diferencias notorias de decisiones políticas adoptadas sobre el recurso pesquero entre una provincia y la otra, da cuenta de que aún si siguiera vigente, es a todas luces, letra muerta.

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Irene Stur
irenestur@hotmail.com
DIARIO LA OPINION AUSTRAL

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