Golfo San Jorge
¿Pescar centolla o merluza? Aseguran que ambas no pueden convivir
El debate se dio en Santa Cruz y
también en Chubut. La llegada de una empresa estadounidense, con toma de
mano de obra desocupada, ha puesto en el centro del debate la realidad
del Golfo San Jorge, que debe volver a sentar a las provincias a
repensar el plan de manejo de la zona.
Un
subsecretario de Pesca y los primeros pasos para marcar, prácticamente,
la salida de un ministro en Santa Cruz ha sido el costo de un debate de
intereses pesqueros sobre el Golfo San Jorge que nadie, todavía, ha
asumido en su verdadera magnitud.
La
situación generada en torno a los permisos de pesca de la empresa
centollera Yaganes provocó un fuerte debate, y la colocación del
sustento de la gente como método de presión desnudó un juego de
intereses implacable.
Yaganes
se instaló en Santa Cruz en la ex planta de Conarpesa. Tomó mano de
obra desocupada para “remozar” las instalaciones y mucho antes de que
los permisos de pesca le hubiesen sido otorgados.
La
recomendación del Consejo Federal Pesquero de mermar el esfuerzo sobre
un recurso que tarda siete años en recuperarse, como la centolla, hizo
que se frenara la decisión final, además del incumplimiento.
El
5 de noviembre y luego de un piquete que trabajadores de la planta de
Yaganes realizaban, temerosos de perder su horizonte laboral, sumado al
desabastecimiento de combustible generado no sólo en la zona norte sino
en toda la provincia, favorecido por otro piquete planteado por docentes
en Chubut, forzaron al Consejo Municipal Pesquero de Caleta Olivia a
buscar una salida para la petición de la empresa.
Si
bien inicialmente se reclamaba el otorgamiento de los cuatro permisos
de pesca que la empresa pretendía sobre el Golfo, aduciendo el
compromiso que fuera firmado oportunamente con autoridades provinciales
el 5 de marzo de este año, finalmente logró poner blanco sobre negro.
La
existencia de una resolución del Consejo Federal Pesquero que pedía
bajar el esfuerzo sobre el recurso centolla, más el reclamo de los
pescadores artesanales, cuyas artes de pesca no pueden convivir con la
de la centolla, terminó volcando la balanza que permitiera encontrar una
solución “más salomónica”.
No
sin discusiones, finalmente se decidió que Yaganes pescara por debajo
del sur del paralelo 48 y no en el Golfo San Jorge como pretendía, al
tiempo que no podrá procesar la centolla en otro puerto que no sea
Caleta Olivia.
Sin merluza
Los
estadounidenses también se instalaron en Chubut. Y la reacción de los
pescadores artesanales, que pescan fundamentalmente merluza, fue similar
a los de Caleta Olivia.
En
oportunidad de analizar el panorama pesquero de Comodoro Rivadavia con
el intendente de la ciudad, los pescadores señalaron que uno de los
temas abordados con el jefe comunal y el secretario de Gobierno fue la
dificultad para poder realizar la operatoria de pesca de merluza dentro
del Golfo San Jorge, al tiempo que sembró dudas sobre el impacto en la
mano de obra local que tiene el proyecto de desarrollo de centolla.
“Actualmente
en el Golfo no hay merluza, nosotros estamos trabajando con langostinos
que traemos de Rawson. Esto sucede debido a que hay empresas con
personal que no es de la zona, que se encuentran pescando centolla”,
criticaron los empresarios y agregaron que “nosotros seguimos en nuestra
actividad, pero no podemos pescar merluza correctamente porque está
lleno de trampas para pescar centolla, por lo que nos tenemos que
trasladar a otros espacios”, indicó.
Es
que las artes de pesca de la merluza, que es por redes, son
absolutamente incompatibles con la de merluza que es por trampas. Y eso
provoca enfrentamientos entre centolleros y merluceros.
Pero
el planteo realizado a principios de diciembre fue el primero hecho
público por el sector empresario pesquero de Comodoro Rivadavia,
cuestionando la explotación del recurso centolla.
Yaganes
pesca en el Golfo San Jorge bajo permisos de pescas chubutenses. Y los
empresarios aseguran que desconocen quién otorgó esa autorización para
pescar en esta zona una centolla que tarda 8 años en ser adulta, al
decir que “cuando se vayan no va a quedar nada”.
También
resaltaron que al tratarse de empresas de afuera, el trabajo que deja
la pesca de la centolla en la zona es poco, “sólo la estiba para los
centolleros y el transporte”, opinó.
Defensa de Yaganes
La
firma de capitales estadounidenses salió y se defendió, negando que la
explotación del recurso centolla en el Golfo San Jorge afecte al de
merluza.
La
presidente de la empresa Yaganes SA, Andrea Torres Espinoza, salió en
defensa de las inversiones realizadas en la Patagonia por parte de
Yaganes para la explotación del recurso centolla, su procesamiento en
tierra con incorporación de valor agregado para la exportación de
productos alimenticios.
Resaltaron
que las licencias pesqueras fueron otorgadas por el Gobierno de Chubut y
que las capturas obtenidas se descargan en el puerto comodorense
empleando mano de obra de la estiba local, y esa materia prima se
traslada vía terrestre a Puerto Madryn donde es procesada en las
instalaciones de la planta de Conarpesa, en la que Yaganes tiene montada
su propia estructura, donde se elaboraban productos alimenticios de
góndola de alto valor añadido, los cuales son colocados en selectos
nichos de mercados internacionales.
“Cuando
el proyecto de este inversor llegó a la Argentina y se constituyó la
empresa Yaganes fue hace 23 meses”, explicó a Revista Puerto la
ejecutiva Andrea Torres Espinoza, “y siempre se mantuvieron las mismas
coordenadas y objetivos del proyecto de inversión de explotar el recurso
centolla con barcos fresqueros”, precisó.
La
presidente de la compañía sostuvo que “la inversión está pensada para
dar trabajo en tierra que es lo que se está haciendo, más rentable
hubiera sido con barcos congeladores”, dijo al destacar el perfil que
tiene el plan de inversor que busca desarrollarse en Santa Cruz y
Chubut.
Una excusa
La
compañía afirmó que el área de operaciones es la asignada por la
administración pesquera chubutense. “Nos designan un sector dentro de
las coordenadas que nos fijaron. La primera queja de estos empresarios
era que no podían pescar merluza, pero me dejó pensando que después se
quejan de por qué nadie los participó de la posibilidad de pescar
centolla y que estos permisos le debieron ser ofrecidos a ellos” señaló.
La centolla está desde tiempos inmemoriales en el Golfo San Jorge,
recordaron, por lo que los fresqueros no pueden desconocer su pesca.
“Cuando
Yaganes presentó este proyecto no competía con nadie, porque no había
otro. Empezamos a desarrollar este proyecto de cero. No sé cuantas
compañías pesqueras extranjeras vienen hoy a invertir en pesca a
Argentina, y además invierten en plantas en tierra. Hoy no creo que
exista otra más que la nuestra”, opinó la gerente.
Golfo San Jorge
El
Golfo es una zona interjurisdiccional, compartida entre Chubut y Santa
Cruz, por lo que es imperioso que ambas provincias recuperen el trabajo
conjunto que siempre fue mantenido en aras de preservar el recurso
pesquero que es importante y mucho.
El
convenio del Golfo San Jorge, que en su momento fuera ratificado por
Ley 2.854 de la provincia de Santa Cruz, permitía el desarrollo
biológico de la especie langostino, la migración hacia aguas de
jurisdicción nacional convenientes para ambos estados, en el retorno de
la especie hacia el sur permite la pesca en la zona de Rawson con rindes
óptimos y la preservación de las hembras maduras e impregnadas,
favoreciendo el ciclo reproductivo en ambas jurisdicciones provinciales.
Luego
de un intento de derogación a fines del 2011, hoy poco a nada se habla
de si el mismo sigue vigente o no. Pero las diferencias notorias de
decisiones políticas adoptadas sobre el recurso pesquero entre una
provincia y la otra, da cuenta de que aún si siguiera vigente, es a
todas luces, letra muerta.
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Irene Stur
irenestur@hotmail.com
DIARIO LA OPINION AUSTRAL
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