"El 25 de marzo secuestran a Rodolfo Walsh, y el 26 o 27 de marzo secuestran al compañero Andrés Armendáriz y lo matan", dijo en improvisadas palabras el único orador del acto, Oscar Bidabehere, agregando: "nosotros lo que pensamos es que las ideas no se matan, como diría Sarmiento, por más que nos saquen de la tierra".
Visitantes
Destacó especialmente la presencia de quienes lo acompañaron desde la ciudad de Buenos Aires: "la casualidad o el destino hizo que uno de los referentes de los ex presos políticos de la Argentina sea familiar de Andrés Armendáriz, y que se llama Gustavo Westerkamp Muruzábal, y que se tuvo que comer ocho años de preso; también los compañeros que apenas los llamamos en cuarenta y ocho horas resolvieron venir a este acto".
"Está con nosotros Angelita Martínez, un orgullo para Puerto Deseado, una docente universitaria de fuste en la Argentina, que me dijo: -yo voy por el compañero... hizo dos mil kilómetros para estar acá, y eso es invalorable; también está el que era nuestro guía espiritual en Deseado, en estas calles, el sacerdote Renato Báez, que no sólo era sacerdote, que su vida no se agotó ahí, luego estudió en la Univesidad, fue profesor de Psicología y es un gran pastor de almas y un gran hombre que apoya a la juventud en su desarrollo", mencionó Bidabehere, y junto al aplauso unánime se oyó la voz de Westerkamp diciendo: "Bravo Renato... la juventud tenía con quién hablar en ese momento".
Amor adolescente
Bidabehere continuó evocando: "nosotros éramos muy jóvenes en ese momento, éramos adolescentes y obviamente nosotros, los hombres, mirábamos a las mujeres, y Andrés tuvo un episodio muy grato, muy hermoso, que es un amor adolescente, que hoy está con nosotros, y hoy es una importante psicoanalista, dramaturga, escritora, Estela Calvo", enfatizando finalmente "el recuerdo de alguien que, en soledad, durante estos treinta y siete años peleó por Andrés Armendáriz, que es su hermana Mariángeles Armendáriz".
Cierre del olvido
"Nosotros venimos a ponerle el hombro a la memoria; esta ha sido nuestra tarea: no olvidar, y creo que Andrés estaría muy contento en el día de hoy, porque sería el cierre de un período histórico de olvido", afirmó en otro tramo de su mensaje. Bidabehere reflexionó que "En la Argentina han pasado cosas, y las cosas pasan cuando deben pasar, y no en vano se da en este día, hoy".
Recordó el orador que "cuando salimos de la dictadura y empezamos la democracia, nadie hablaba de la dictadura, hablaba de "proceso"... después se empezó a hablar de dictadura, y en los últimos años se empezó a hablar de dictadura cívico-militar, porque hubo una parte de la sociedad argentina que fue cómplice".
"Yo nací en 1950... los que nacimos con una libreta de ahorro bajo el brazo, y no es casual que Néstor Kirchner también sea de nuestra generación, que fue un poco el que abrió la puerta para la justicia y para la memoria, y era patagónico", subrayó.
Placas
Durante la ceremonia se vivieron momentos particularmente emotivos cuando se descubrieron las placas que recuerdan el espacio contiguo al edificio municipal como "Plaza de la Memoria", y otras que recuerdan a Andrés Armendáriz y a Inés Magdalena Uhalde, también desaparecida en 1976, cuando tenía veinte años.
Palabras
Al final del acto se distribuyó un folleto elaborado por el Departamento Juventud y Asuntos Estudiantiles del municipio. Allí puede leerse un impactante texto de María Angeles Armendáriz: "Lo llevo vivo en mi corazón y lo llevaré mientras viva. Lo recuerdo permanentemente con esa mirada pura, luminosa y profunda, con ese mechón rebelde de cabello que le caía sobre la frente pero sobre todo, como él hubiera querido, superando el dolor de su pérdida, con alegría y con esperanza".
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