EL ORDEN DIGITAL

martes, 10 de diciembre de 2013

Casi 150 personas ascendieron a la Piedra Toba, en la ribera sur de la ría Deseado






     La Piedra Toba es una formación rocosa que llama la atención a los viajeros desde los tiempos más remotos. Su nombre deriva de "Tower Rock", por su aspecto de torre ubicada en la costa sur de la ría Deseado. Tal como se realiza todos los años cuando el clima se hace más templado y benévolo, con el valioso apoyo de Puerto Penacho y Darwin Expediciones, reconocidos prestadores turísticos locales, que generosamente ofrecieron sus modernos y seguros botes neumáticos, acompañados por una embarcación menor timoneada por el Dr. Rolando Martínez Peck, se realizó el tradicional cruce a la costa sur de la ría.
    La posibilidad de tocar la Piedra Toba es el premio que la fundación otorga a los alumnos de los cuartos grados, ganadores del concurso sobre el programa que apunta al conocimiento de la geografía, historia, fauna y flora de la Patagonia. Este curso se dicta en horario escolar, con apoyo del Consejo Provincial de Educación, en todas las escuelas primarias de Puerto Deseado, durante cinco meses.
   
    Por primera vez
    Incluyendo a los docentes y padres acompañantes fueron de la partida  144 personas que en su gran mayoría nunca habían tenido la oportunidad de ver su pueblo desde la costa sur.
    Niños y adultos disfrutaron luego una caminata hasta el monumento rocoso y desde allí, en un observatorio natural imponente, repasaron los nombres e identificaron las islas, bahías y puntas de la pintoresca geografía local.
   
    Observatorio natural
    Posteriormente visitaron el monumento que recuerda el emplazamiento de la primera Prefectura Naval, en el año 1881, tres años antes de la fundación de Puerto Deseado. Desde ese sitio pudieron observar el perfil de la Isla Chaffers con su colonia de doce mil parejas de pingüinos de Magallanes, así como también se avistó la Bahía Falsa.
    No faltaron las carreras y juegos marineros, como las cinchadas donde, con la ayuda de una extensa soga, midieron fuerzas los padres y docentes contra los chicos, más de 100 participantes. Cuando la partida estaba sumamente pareja, la cuerda dijo basta y se partió por el medio desparramando a los dos bandos por igual. El jurado entonces decretó un salomónico empate. “Fue muy lindo, a mí lo que más me gustó fue la Piedra Toba y la cinchada”, señaló Valentina (6) que cruzó con su mamá, Bárbara Rapetti, colaboradora de la fundación.

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