EL ORDEN DIGITAL

viernes, 14 de marzo de 2014

EL ADIOS AL ULTIMO MEDICO FERROVIARIO, RAUL CEVASCO


    Para los ferroviarios fue muy triste hace 36 años la dictatorial e injusta medida de clausurar el tendido ferroviario de Puerto Deseado a Las Heras, supimos sobreponernos a las adversidades y al tiempo. Pero cuando un compañero parte rumbo a la Eternidad, nuestros corazones sienten profundamente el desgarro que la noticia provoca.
    La muerte del Dr. Raúl Eduardo Cevasco nos ha sumido en una profunda tristeza por todo lo que representó para la familia ferroviaria y nuestra Asociación 20 de setiembre. Con él se va también el último médico de familia, aquel que no tenía horario para sus pacientes, de diagnósticos acertados e intervenciones de alto nivel profesional.
    Desde que conformamos la Asociación siempre estuvo a nuestro lado integrando la Comisión, presente en nuestros eventos sociales y allanándonos cuanto inconveniente de cualquier índole estaba a su alcance. La generosidad fue una de sus características más frecuentes. Hace algunos años tuve la oportunidad de entrevistarlo en una reunión en que nuestra Asociación le festejó sus primeros setenta años de vida el 20 de marzo del 2005.
    Entre otras cosas me comentó que había nacido en el barrio de Flores, que su padre era bancario su madre ama de casa y tenía tres hermanos. Cuando terminó  la escuela secundaria en el colegio Nicolás Avellaneda en 1953, comenzaría a acariciar un largo sueño; ser médico. En 1958 egresa de la Facultad de Medicina ostentando su diploma de médico. En aquellos años, “afirma, no era fácil abrirse camino en la profesión de curar en las grandes ciudades, sí no se tenía la posibilidad de estar bajo la tutela de algún especialista, y yo quería ejercer la profesión como médico generalista, por eso pensé que el interior y en particular la Patagonia sería un lugar apropiado. Y no me equivoqué. A principios de 1959 hice una exploración por el sur. En Río Gallegos conseguí un contrato para ejercer la profesión en el hospital de Puerto Deseado, y un crédito para instalar mi consultorio y así andando desembarqué en Deseado el 14 de abril de de ese mismo año”. Recuerda con afecto a sus primeros compañeros profesionales: Carlos Raúl Fernández, Juan Carlos Rostagno, Helío Molinari. Fue director del Nosocomio durante dieciocho años, fue docente de la vieja Escuela de Comercio y en el Colegio Salesiano San José. El ISSARA lo tuvo como gerente de recaudación y el Poder Judicial contrató sus servicios como médico forense. Sus inicios como médico ferroviario fueron los reemplazos por ausencia y/o licencia del Doctor y la DrA. Rostagno, cuando se jubilaron quedó como médico efectivo hasta el cierre del Policlínico en 1990.
    Me aseguró que jamás tuvo militancia política, aclarando muy en especial que mientras fue director del Hospital nunca permitió que la política se entrometiera en la Dirección del mismo. En la faz deportiva ni bien llegó a Deseado se hizo simpatizante del Deseado Juniors  e integró sus comisiones en tres oportunidades obteniendo algunos logros para la Institución Roja. Tuvo tres hijos: Eduardo que reside en España, Ricardo en Córdoba y Cristina la menor en Capital Federal.
Con un poco de nostalgia quizás recordaba el Deseado pueblerino y tranquilo de puertas en las casas sin llaves, haciendo contrastar a esta nueva ciudad pujante y de gran movimiento. De los dos se podrían sacar aspectos positivos, aunque quizás hubo que sacrificar parte de esa tranquilidad en aras del progreso.
    Recuerdo también que le pregunté sí estaba satisfecho de haber venido a Deseado y conseguir todo lo que deseaba, a lo que me respondió que «no, satisfecho o realizado no, porque cuando uno piensa así, generalmente piensa en no hacer nada más, yo sin embargo siempre quiero hacer algo o tener alguna actividad». Junto con su esposa Sonia viajó por varios países del mundo: México, Estados Unidos, Canadá y casi toda Europa. En 1995 visitaron China, Japón, Tailandia e Indonesia. La buena lectura ocupó gran parte de su tiempo, en especial a la Historia, afirmando que tenía una importante biblioteca, porque para él “ la historia es la novela de la vida”.
    Para finalizar quiero acotar que éste joven médico llegado en 1959 siempre tuvo la idea de afincarse en este bellísimo pueblo, y poner su profesión al servicio de sus semejantes. “ nunca pensé en irme, los primeros años extrañé un poco a mis familiares y amigos, pero con el correr de los tiempos los parientes y los amigos, están en este lugar y entonces los pensamientos de irse son nulos…”
Es  muy común oír decir que los homenajes a personas destacadas deben hacerse cuando están en vida. El caso del Dr. Cevasco es uno de ellos. Hace  unos  años atrás, con motivo de inaugurarse un nuevo Centro de Salud se organizó un concurso para ponerle nombre; se tomaron los facultativos más destacados de nuestra historia deseadense, colocándose una urna en el hall del hospital para que los vecinos pudieron votar, eligiendo el nombre del Dr. Raúl Eduardo Cevasco como el que mayor votos obtuvo. Pasado ya un largo tiempo  y a pesar de los ingentes esfuerzos de la entonces directora del nosocomio Bibiana Zubimendi, en la ciudad de Río Gallegos y numerosas notas de reclamo, lamentablemente no pudo obtener una contestación satisfactoria. Nuestra Asociación también se unió a este esfuerzo tratando de llegar por otras vías al gobernador Daniel Peralta para que firmara el decreto correspondiente. Los resultados hasta el momento no han avanzado positivamente. La pesada máquina burocrática ha impedido este justo reconocimiento a un ejemplar servidor público. Ahora a su muerte ¿podrá lograrse enmendar este olvido y hacer justicia con la persona del Doctor Raúl Eduardo Cevasco.? Quiero aclarar también que el querido compañero fallecido estaba en pleno conocimiento de este reconocimiento que el pueblo de Puerto Deseado le quería hacer, aunque era una persona muy modesta; siempre decía que no creía merecer tanto, pero que aceptaba con mucho gusto y que cuando se concretara estaría presente.
    La Asociación Ferroviaria 20 de Setiembre quiere acompañar en este doloroso momento a su esposa Sonia, hijos Eduardo, Ricardo, Cristina y demás familiares, que tengan por seguro  que cada ferroviario y sus familias guardaremos en nuestros corazones el recuerdo de sus valores humanos que tanto nos prodigó.

Ricardo Alejandro Vázquez
Asociación Ferroviaria 20 de Septiembre

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