“La crisis
pesquera viene de hace mucho tiempo y se ha precipitado por varios
motivos” explicó en El Espiral el ministro de la Producción Rafael
Gilmartin. “Hoy el efecto que más impacto tiene es la baja de mercados,
relacionado con la crisis económica de Europa y teniendo en cuenta que
nuestro langostino se ubicaba en dichos mercados principalmente” explicó
ayer por LU 12 Radio Río Gallegos.
El
funcionario señaló que “al no venderse el producto y caer el precio,
las empresas están sobre stockeadas y se han achicado, pero lo que
pretendemos es que, en ese achique, no dejen gente sin trabajo o
suspendida”, sostuvo.
En
ese punto indicó que “es la marinería uno de los principales sectores
laborales afectados, cuando de 55 barcos que tiene la provincia, están
saliendo a pescar sólo 10, y diversificar el tema pesquero no es algo
que se hace de un día para el otro”.
Gilmartin
planteó que “como gobierno debemos buscar soluciones lo más rápido
posible. Y estas pasan por herramientas que estuvimos consensuando ayer
con el ministro Yahuar, una de las cuales tiene que ver con un nuevo
plan de manejo de la pesca de langostino y que impactará directamente en
Chubut y Santa Cruz”, plan que esperan que de 15 a 20 días ya esté
terminado.
A
eso se le sumará el impacto que en las plantas de tierra tendrán la
presencia de 10 poteros chinos pescando en aguas nacionales, “con la
condición de que al menos el 20% deberá ser procesado en tierra tanto en
Chubut como en Santa Cruz” sostuvo el titular de la cartera de la
Producción.
Señaló
que hay otras herramientas, las que prefirió no adelantar, ya que serán
explicadas a las empresas, en un encuentro que se dará hoy en una
reunión en Casa de Santa Cruz. Pero reconoció que las mismas buscan
“facilitarles cuestiones que hacen al costo interno que tienen ellos.
Los permisos de pesca y demás, que serán aplicadas en tanto no se
despida gente y se embarque a nuestros marineros eventuales” aclaró.
Subsidio al marinero
Sobre
la actividad, dijo Gilmartin, “hay que hablar de las cosas en forma
clara”. Recordó que “el langostino es una actividad estacional. Y sólo
se trabaja ciertos meses del año y cuando no se está en la zafra, cae la
actividad sensiblemente”, por lo que consideró que la gente que trabaja
en dicha actividad estacional (marineros), “cuando no están pescando,
deberían tener una ocupación alternativa” como ocurre en otras
actividades zafreras y en muchos lugares del mundo.
“Yo
lo he hablado con ellos, y la verdad es que hay que tomar conciencia de
eso e ir buscando otra inserción laboral, porque no se puede vivir
cuatro o cinco meses del año pescando y el resto de un subsidio, estos
modelos no pueden seguir existiendo más, porque además no hay para más”
señaló.
El desafío
Para
el ministro, el desafío que viene “es poder darle valor agregado a la
pesca” y resaltó que “hoy estamos en el primer eslabón de la cadena de
la producción pesquera. Si se diversificara la actividad lo que ocurre
hoy no se estaría viviendo con tanta preocupación”.
A
la hora de buscar nuevos mercados, dijo que puede ser el asiático, el
árabe o el propio latinoamericano, “hay que interesarlos” pero dijo, que
no menos cierto es que “las empresas que tienen su central en España,
venir a pescar acá, para llevar el producto a China o Estados Unidos, se
torna difícil”, por lo que se encarece por la distancia y por el hecho
del precio del langostino actual, “no es un mal precio, pero no es el
histórico que supo existir en la época de la panacea pesquera” que le
valió el mote de oro rojo.
Finalmente
reiteró que la solución a mediano y largo plazo “es dar valor agregado”
y aclaró que en Santa Cruz, salvo por el Kani Kama, “no se produce un
solo producto elaborado, todo el pescado sale congelado y a granel”.
Señaló
que es imprescindible que las empresas piensen en diversificarse y si
no lo hicieran “habrá que buscar otros inversores que quieran hacerlo”.
LA OPINION AUSTRAL
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