Sentimientos
Angelina Araneda
El viernes 13 de septiembre se fue a un lugar tal vez mejor Angelina Araneda y detrás de este nombre hay toda una vida de trabajo duro, no sólo en la ciudad sino también en el campo, que para el hombre es duro y mucho más para una mujer.
Nunca escapó el cuerpo para carnear, arrear o cualquier actividad que requiera el campo, y en la ciudad planchó, lavó y hasta albergó a chicos que venían a hacer «la colimba». Ayudó a gente que quizás lo agradecieron, otros tal vez no, pero lo seguro es que ella lo hizo porque quiso, por ayudar nada más, siempre junto a su marido Guillermo Huenumán, hombre de campo y valores muy altos.
Juntos en su chacra «La Virginia» trabajaron durísimo. Hoy estoy un tanto triste ya que ella no tuvo el acompañamiento acorde a la mano que ella dio a muchos, pero por otro lado me queda la tranquilidad que ella se fue con la plena seguridad de haber tenido una vida digna e íntegra.
Hoy me siento orgulloso de mi tía Angelina, y seguro sus hijos e hijas también. Hasta siempre, tía, dejaste tu huella en el Sur argentino.
Carlos Araneda
(Profesor Divague)
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