EL ORDEN DIGITAL

lunes, 20 de diciembre de 2010

El obispo Romanín llamó al diálogo

Romanín llamó a la resolución pacífica de los conflictos y a respetar las diferencias
En el marco del 125° aniversario de Río Gallegos, el obispo Juan Carlos Romanín dirigió un claro mensaje a los ciudadanos, aunque en forma paralela iba destinado principalmente a la dirigencia política. Instó a la sanación de heridas, a la recuperación del diálogo y a la resolución pacífica de los conflictos como desafíos urgentes.

En el marco del 125° aniversario de la ciudad capital de Santa Cruz, Río Gallegos, se celebró el tradicional Tedeum en la Catedral de la localidad, ceremonia presidida por el obispo Juan Carlos Romanín. La misma comenzó 15 minutos antes de que el reloj marcara las doce del mediodía con una gran presencia de autoridades, tanto provinciales como locales, como así también de un gran número de vecinos que colmaron la capacidad de la iglesia. “Río Gallegos tiene hoy necesidad de escuchar al Señor y Dios quiere anunciarle a Río Gallegos su mensaje de paz, porque allí tiene a su pueblo, a sus amigos y nosotros nos ayudamos a convertirnos de corazón para poder construir entre todos, tiempos nuevos y fecundos”, comenzó Romanín su homilía, para ir dando lugar a lo central de su mensaje.
El mensaje
Durante la introducción recordó el modo en que nació esta ciudad como tantas otras de la Patagonia, ya que se conformó con la intrepidez y la decisión hecha esperanza de muchos, “pero hoy quizás nos vemos agobiados por dificultades y problemas que aparecen y nos hablan de un futuro incierto, sin esperanza lúcida y creíble o de silencios que hablan más fuerte que las mismas palabras”, dijo Romanín. De este modo remarcó que “en el trato personal del uno a uno, en el caminar de las calles se escucha el deseo de encontrar puertas abiertas para poder divisar sueños e ilusiones, compartiendo indistintamente maneras de pensar, incluso a nivel político y religioso también”. “En nuestra ciudad capital, hay muchas heridas de ayer y otras más recientes que necesitan sanarse, es impostergable seguir construyendo una convivencia serena y fraterna”, recordó. “La resolución pacífica de los conflictos, el vivir en democracia, el defender y desarrollar los derechos humanos, son los desafíos urgentes que tenemos para estos días”, aseveró.
Asimismo, remarcó que “el reconocimiento de Dios, Señor de la historia, como lo hicieron nuestros antecesores, es la garantía y la base sobre la que se construye nuestra sociedad. La invocación a Dios como Padre nos ayuda a respetarnos y a reconocernos como hermanos”.
“Renovemos el compromiso”
Luego de ese reconto de los últimos episodios de extrema violencia que se suscitaron los últimos días y los antes acontecidos, Romanín en nombre de la Iglesia Católica, es que invitó a los feligreses presentes a reafirmar el derecho primario a la vida, como a la integridad física y moral de toda persona. A recuperar la vigencia y el sentido de los valores morales como fundamento de la convivencia social. A trabajar por la dignidad humana, para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral.
“Renovemos el compromiso por el bien común y el fortalecimiento del Estado y las instituciones de la democracia. Como hemos afirmado tantas veces, sólo el diálogo sincero es el camino que nos aleja del enfrentamiento y de la violencia. El compromiso de la Iglesia con el diálogo nace de la fe en Jesucristo y en la verdad del Evangelio. Esto nos obliga a priorizarlo en todos los órdenes de nuestra convivencia” dijo casi sobre el final de la corta ceremonia, y dirigiéndose a los presentes remarcó que “en la Navidad del Bicentenario recemos al Niño Jesús que nació en una familia pobre y sin lugar entre las casas de Belén. A su vez, como Iglesia Católica de Río Gallegos, que nació el 10 de abril de 1961, queremos aportar lo mejor de nuestros ideales, proyectos y, en este año , lo más valioso de nosotros mismos, bajo la acción fecunda del Espíritu Santo”.

PRENSA LIBRE

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