EL ORDEN DIGITAL

lunes, 3 de marzo de 2008

PESQUERA CRUZ DEL SUR/ Repercusiones de una decisión empresaria

MARIO REDINI. PRESIDENTE DE PESQUERA CRUZ DEL SUR
Invertir en época de crisis


Entrevista: Marina Pacheco

Asociado con inversionistas españoles comenzará en marzo la construcción de una planta de reproceso de calamar de gran magnitud. Si bien reconoce que la situación en Deseado es delicada y que la actividad pesquera está atravesando una gran crisis producto de un desequilibrio de costos, sostiene que los negocios se proyectan a largo tiempo y que no se puede pensar en términos cortoplacistas.

– Luego de 4 años, ¿se puede decir que la construcción de la planta Cruz del Sur es un hecho?

– Si, claro, nosotros comenzamos a ver una situación que se daba en Deseado en el momento de la zafra del calamar, donde había un aglutinamiento de barcos poteros por el hecho de que el caladero de calamar más grande del mundo que existe está justo frente, en la zona muy próxima a este puerto, y en algunos casos uno puede hacer 8 horas y ya está pescando, eso ha alentado a los armadores a venir a Deseado, justamente para ganar días de pesca y no perder horas navegando.

– ¿Pero sólo la situación estratégica de Deseado con respecto a la cercanía del caladero lo motivó a querer construir una planta de reproceso o existe otra razón?

– En realidad es un poco también por las autoridades, porque las empresas que no tenían plantas, tenían grandes dificultades para renovar sus permisos de pesca, como nos ha pasado con el Ángelus, que debimos hacer una compra de mucha menor envergadura que esta que vamos a construir aquí en Deseado y así fue como compramos la Rosadita, una plantita de Pereira allá en Puerto Madryn.

– ¿Y con la adquisición de la planta el permiso del Ángelus fue renovado?

– Si, lo renovaron hasta el 2020, presentamos el título de propiedad de la planta, ellos han visto nuestros antecedentes, nunca hemos tenido atrasos en los pagos y hemos cumplido con las descargas siempre, así que nos renovaron el permiso, de todos modos el hecho de tener una planta nos da a nosotros la perspectiva de que la administración pesquera argentina nos ve con mejores ojos y que la empresa puede tener un desarrollo mayor.

– Al construir la planta en Deseado la situación de sus barcos mejoraría aún más. ¿Cuántos barcos tiene la empresa?

– Como digo, el Ángelus que ya tiene permiso hasta el 2020, luego está el Mileniun y Patagonia Blues, pero de esos tres, dos barcos tienen que bajar a tierra un porcentaje de sus captura de acuerdo al otorgamiento de su permiso de pesca, en el caso del Ángelus es de un 10% y del Patagonia Blues es de un 20%.

– Una de las quejas más comunes de los armadores de otros lados que operan en este puerto es la saturación de las cámaras locales y la falta de empresas que hagan reproceso de calamar, ya que la mayoría de las plantas de la localidad tienen sus propios barcospoteros. ¿La planta de reproceso que se construirá, aparte de albergar ese porcentaje exigido que menciona, prestará además servicio a otras empresas poteras?

– Si, por supuesto, en CAPA hay 16 barcos que están en las mismas condiciones, que tienen que procesar un porcentaje de sus capturas para cumplimentar los permisos de pesca y por lo tanto vamos a contar con esos barcos, porque vamos a ser solidarios en cuanto a lo que son los costos de las tarifas de los reprocesados y del frío. De todos modos pensamos que por la cantidad de barcos que operan en este puerto, a Deseado le hace falta un frigorífico de esta magnitud.

– ¿Qué dimensiones tendrá la planta, qué inversión se realizará y cuándo comenzará a construirse?

– Está todo programado para que la construcción comience en el mes de marzo y estamos hablando de una inversión 3 millones de dólares y una sociedad que hizo nuestra empresa familiar con inversionistas españoles. Tendrá una capacidad de 4 mil toneladas, que no es poca cosa, habrá 3 ó 4 cámaras, no puedo precisar más detalles porque eso lo están evaluando los técnicos con el arquitecto.

– Usted ha elegido un momento delicado para la concreción del proyecto, no solo por la situación del recurso calamar sino por la permanente sensación de inseguridad que existe en Deseado luego de la quema de las plantas. ¿No tiene temor a que su proyecto fracase?

– No, más miedo me dio cuando vendí mi casa y aposté todos mis ahorros a la compra de un barco que es el Hope 7, bueno, esa fue una decisión con bastante miedo que me salió bien y ya hace más de 10 años que continuamos con mis hijos con una empresa familiar.

– Ahora es otro momento y hay otros inversionistas en juego, lo de los permisos está claro, pero ¿cómo hizo para convencerlos de que la planta en Deseado será un éxito?

– En principio, lo que yo planteo es que lo ocurrido aquí en Deseado es un hecho excepcional que no se va a volver a repetir, es un hecho muy triste, porque cuando uno habla con la gente se da cuenta que es muy lamentable y la gente parecería que todavía lo sigue recordando y sufriendo, pero uno no puede proyectar un negocio en el mejor momento, los negocios se proyectan a largo tiempo, esto no es un tema cortoplacista donde se está viendo lo que pasa el mes que viene, nosotros estamos viendo lo que pasa dentro de 6 ó 10 años.
Nosotros a nuestra empresa la cuidamos y la queremos y le trasmitimos a los inversores la confianza en Puerto Deseado, que es la gente que conocemos y a partir de esta explicación de que nosotros podemos hacer fasón para terceros, podemos entrar en el negocio de la venta de frío y ofrecer un buen servicio a los armadores y a partir de ese planteo es que se decide el inicio de las obras.

Fragmento de la nota publicada por PESCA Y PUERTOS

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