Merluza: las causas profundas de una crisis prolongada
La denuncia penal planteada por un grupo de marineros de Caleta Córdova en torno a la abrupta desaparición de merluza en el golfo San Jorge, solicitando que se investigue el accionar desplegado por la petrolera Pan American Energy durante la prospección sísmica entre agosto y septiembre último, retrotrae el tema vivido a comienzos de febrero en el puerto de Caleta Paula.
Allí, un grupo de marineros exigió un resarcimiento económico vía subsidios que la empresa no pagó en base a sus propios informes sobre la actividad desarrollada, mientras que fue el gobierno provincial santacruceño el que asumió el pago de los subsidios a los trabajadores.
Serán las investigaciones las que, en base a estudios científicos, deberán determinar si los disparos de aire comprimido desde el buque Western Patriot han afectado a los cardúmenes como para provocar su casi total ausencia en el golfo.
Hay informes del INIDEP que han descartado esa relación de causalidad y efecto, entre exploración petrolera y desaparición del recurso, pero esos argumentos no alcanzan para satisfacer la lógica desesperación de trabajadores que no encuentran el modo de salir a pescar.
Previo a las tareas de PAE, como también a las de las perforaciones exploratorias realizadas por YPF, distintos especialistas habían advertido que los trabajos podrían provocar un alejamiento temporal de las especies del golfo, pero no muy prolongado en el tiempo.
Hasta ahora, el argumento de la petrolera se ha mantenido contrario a cualquier vinculación entre sus tareas de prospección y los comportamientos de las especies pesqueras.
Según el informe elaborado por biólogos contratados por la compañía, durante los trabajos del buque sísmico no variaron los parámetros físicos, químicos ni de salinidad, entre otros indicadores tomados antes y después de la campaña exploratoria.
Y se menciona principalmente que Caleta Paula tuvo las descargas de merluza y langostino más grandes de los últimos años, aun después de los dos meses que duró el trabajo de prospección. Según se lee en el informe:
"Comparando los últimos dos años (2008 y 2009) para el puerto de Caleta Paula, se observa que en 2009 se desembarcó un 45% más de merluza, respecto del 2008. Considerando que la prospección sísmica fue realizada durante los meses de Agosto y Septiembre de 2009, si se comparan dichos meses de cada año para el período 2003 a 2009, se puede observar que el año 2009 fue el año con mayor desembarco de capturas totales de los últimos 7 años (4.192 tn). A su vez, si se comparan los últimos 4 meses de cada año (Septiembre-Diciembre), se puede observar que el año 2009, fue el segundo mejor año (5.180 tn) superado únicamente por el año 2005 (5.565 tn).
Para el caso del Langostino, el 2009 junto con el 2003, fueron los años con mejor nivel de desembarcos en todos los puertos argentinos de los últimos 7 años. Si se comparan los últimos dos años para el puerto de Caleta Paula, se observa que en 2009 se desembarcó un 28 % más de langostino, respecto del 2008".
El conflicto en Caleta se encaminó cuando el gobierno provincial aceptó pagar los subsidios correspondientes a los marineros que este año no tienen trabajo por falta de capturas.
Vale recordar que también las empresas pesqueras han recibido subsidios del gobierno nacional en los últimos meses para sostener los puestos de trabajo en tierra. En el debate, hasta ahora, falta la discusión para determinar los causales por lo que la pesquería viene de sucesivas crisis desde los años 90 en adelante.
No obstante, es incontrastable que la ausencia de merluza se denuncia en los primeros meses de 2010, período en el que tradicionalmente se han obtenido buenas capturas de esta especie en las aguas del golfo. Tal como se pidió desde el sindicato de la Alimentación, urge la necesidad de un estudio profundo e imparcial para establecer fehacientemente los causales de la desaparición del recurso, determinando así las responsabilidades que podrían caber.
Causas de una crisis profunda
La Fundación Vida Silvestre advirtió en un documento que en sólo 20 años, "la merluza común fue reducida en un 70 por ciento a causa de la sobrepesca, la captura de juveniles y la pesca de especies no deseadas". Esto ocurre pese a que la aplicación de dispositivos de pesca selectiva que eviten la captura de especies y tamaños no deseados es obligatoria y el descarte pesquero está prohibido por ley. "Sin embargo –asegura la fundación-, cotidianamente se tiran por la borda entre el 20 y el 50 por ciento de los peces que se capturan. Lo que es chico, se tira. Lo que vale menos de lo que se quiere pescar, se tira -sin vida y sin procesar-. Capturar lo que no se busca es irracional. Tirar lo que poco que queda es insostenible. Cuando se descarta pescado, se descartan empleos, ingresos, alimentos, la salud de nuestro mar y el patrimonio de todos los argentinos".
En un documento elaborado en mayo de 2008, la fundación reseñó la crisis para reclamar por un plan de sustentabilidad del recurso. Y entre las causas de la situación, enumeró:
"Tanto durante la década del 90 como en el contexto actual, la pesquería argentina de merluza común llegó a atravesar una situación crítica a causa de:
1. La ausencia de un plan de manejo y un modelo nacional para el desarrollo de una pesca responsable y sustentable.
2. El exceso de capital, capacidad y esfuerzo de captura para la población de merluza.
3. Las fallas en los controles y en la fiscalización (por falta de presupuesto, decisión política y corrupción).
4. La sobrepesca de la población de merluza, superior a los límites biológicos recomendados y a los desembarques declarados.
5. La falta de aplicación de los dispositivos de pesca selectiva para evitar la captura de ejemplares juveniles que permitirían recuperar la estructura de los efectivos pesqueros.
6. La ausencia de un esquema claro, eficaz y transparente de participación de los actores involucrados en el sector, que incluya a la sociedad civil, para generar una visión conjunta y una estrategia para alcanzarla.
Diario Cronica
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