Frío, accidentes, falta de provisiones y... David Lebón
Deseadenses "varados" relataron odiseas en la nieve
Variadas fueron las experiencias de quienes regresaban del norte del país durante el fin de semana. La situación afectó especialmente a algunos establecimientos educativos. En el caso del Instituto María Auxiliadora, debieron suspender sus clases porque dieciocho docentes quedaron varados entre Trelew y Comodoro Rivadavia. Otras escuelas públicas, que también vieron reducido su personal durante la jornada del lunes, optaron por redistribuir a los docentes para cumplir lo estipulado por el calendario escolar.
Los temporales de nieve y viento blanco registrados en la ruta 3 provocaron numerosos accidentes y largas esperas tanto a los vehículos particulares como a camiones y micros de larga distancia. "La odisea en realidad comienza el sábado. Teníamos que tomar el colectivo en Choele Choel y ya venía con tres horas de atraso, la unidad 3025 de Andesmar", relató uno de los pasajeros.
"De ahí salimos bien hasta que llegamos a Trelew y ahí estaba personal de la CNRT, los choferes venían con excesos de horas así que nos sacan los choferes. Nos avisan que el tránsito estaba imposible de circular por la ruta así que estuvimos ahí más de dos horas hasta que cambiaron los choferes. Creíamos que se habían llevado el micro para reacondicionar por el tema de la tormenta, por el paso de la Pampa Saramaca pero a las dos horas viene el colectivo y dicen “nos vamos, nos vamos, se abrió el paso y nos vamos”. Salimos de ahí, todo bien hasta Garayalde. Ahí se complicó el panorama. Llegamos a las 6 de la tarde a Garayalde y a los 6 o 7 kilómetros el colectivo se fue abajo", comentó.
Viento blanco
Siguió relatando: "lo sacaron los choferes maniobrando, no traían cadenas, no nos dieron la vianda, no había agua caliente, el baño un desastre. Empezamos mal. Al kilómetro y medio se vuelve a ir abajo el colectivo, lo vuelven a sacar, seguimos otro tramo más. No habremos andado más de 2 o 3 kilómetros y un auto se cruza en la ruta, por no embestirlo el Andesmar queda cruzado sobre la ruta inclinado hacia abajo. Ahí estuvimos hasta las once de la noche, en que decidimos los pasajeros bajarnos, los hombres, a empujar el colectivo y sacarlo de la posición en la que estaba. A esa hora había viento blanco que más o menos estaba en unos 80 kilómetros por hora el viento. Nos congelábamos porque la temperatura era de menos de 10 grados bajo cero por lo menos. Ahí logan poner una sola cadena porque no traían nada más que una cadena. No traían las dos cadenas, solo una de un solo lado. Hicimos unos 4 o 5 kilómetros de los cuales habremos demorado una hora en hacer ese trayecto y nos encontramos con una caravana de aproximadamente unos 5 kilómetros de vehículos entre autos, camiones colectivos. Ahí estuvimos hasta las 3 de la mañana, cuando aparecieron las maquinas de vialidad".
Choferes
Lentamente la caravana logró arribar a las diez y media de la mañana a Comodoro Rivadavia. Aclaró que "los choferes se portaron re contra de diez porque hicieron lo que no pudieron para brindarnos lo que tenían arriba, y después en el viaje cuidarnos en la ruta de venir a paso de hombre prácticamente para no que no se vaya otra vez el colectivo abajo y la calefacción tampoco andaba bien, estaba al mínimo porque tenían problemas de calefacción, no nos dieron ni una frazada. Otras veces siempre saben traer frazadas pero esta vez no traían nada. Yo creo que eso es problema más que nada de la empresa".
Al destacar que "nosotros más o menos nos pudimos mantener en la ruta" indicó que "había colectivos que estaban allá contra los alambrados. Uno volcó, un Don Otto estaba volcado con pasajeros lastimados. Camiones volcados a la orilla de la ruta. En realidad uno por ahí no toma dimensión de lo que es ese lugar en el invierno hasta que le toca vivir la situación. A mi ahora me tocó vivirla y me doy cuenta lo que es pasar por ahí en invierno. No solamente por ahí. Todo lo que es rutas en invierno con estos temporales de nieve".
Sin agua ni comida
Por su parte Ariana, madre de dos niños pequeños, sostuvo que en su caso "fue una cadena de mala suerte porque teníamos que abordar un avión del SOL el viernes y hubo paro de pilotos. Como mi esposo tenía que trabajar el sábado nos sacamos el primer colectivo en el que había asientos.Pudimos conseguir los únicos dos asientos que había libres desde Córdoba hasta Comodoro".
La mujer contó que "estaba medio fea la ruta y pasando Garayalde el colectivo casi vuelca, nos fuimos de la ruta, quedamos encajados y eso fue como a las cinco de la tarde y estuvimos hasta el otro día a las cuatro de la tarde que nos vinieron a buscar. Un muchacho se fue, se montó en una de esas máquinas que iban y venían y se fue montado a pedir ayuda porque no había nadie que nos pudiera ayudar. No teníamos agua, no teníamos nada para comer. Mis hijos estuvieron un día y medio y sólo comieron cuatro grisines que nos dieron los choferes. Todo un desastre. Nos morimos de frío. Después nos fuimos arriba que estaba más calentito. Después por suerte pudimos salir pero también vinimos a paso de hombre hasta donde pudimos, volcaron un montón de autos, camiones, un desastre".
Al llegar a Puerto Deseado el lunes recordó que "26 horas estuvimos parados ahí sin nada. Por suerte teníamos gasoil así que arriba estaba calentito pero abajo donde teníamos nosotros los pasajes estaba helado así que nos tuvimos que ir para arriba. Había de todo tipo de situaciones, gente llorando, gente que ayudaba a otra, gente con bebés chiquititos, enfermas, pacientes oncológicos, un desastre".
Solidaridad
En este contexto mencionó que "el chofer, de la bolsa de la basura donde recolectan las meriendas, revisó y sacó una bolsita de cuatro grisines y se los dio a mis hijos. Eso es todo lo que dieron de comida, porque encima una no se imagina eso, no va a comprar una provisión por las dudas. Nunca nos hubiéramos imaginado de comprar nada, no teníamos nada nosotros". Destacó que "gracias a Dios también hay que rescatar a la gente que fue muy solidaria. Había una señora que tenía un paquete de galletitas y repartió una galletita a cada uno de los chicos. Había dos litros de agua para todo el colectivo y se las guardaron a los bebés que tomaban mamaderas. Nosotros teníamos un poquito de leche en polvo y también repartimos. Yo me quedé sin pañales para la gordita, otra chica que tenía nos dio pañales".
Nieve y rock
Carlos Soto, quien venía desde Buenos Aires, mencionó que su viaje duró casi sesenta horas en un micro empresa de Condor-La Estrella. acotando que "fue una experiencia única, ya que estábamos a casi 150 metros de la estación de servicio, buscando agua, o algo para comer, ya que el colectivo ni agua caliente tenía ni para un café, ni menos algo para comer, nevaba fuerte durante horas
, y estábamos con las zapatillas empapadas de agua nieve". "De todos modos nos encontramos con una linda sorpresa en la noche del viernes, ya que en Garayalde estaba cenando con sus músicos un referente del rock nacional, David Lebón, que estaba haciendo una gira por el sur", finalizó.
Deseadenses "varados" relataron odiseas en la nieve
Variadas fueron las experiencias de quienes regresaban del norte del país durante el fin de semana. La situación afectó especialmente a algunos establecimientos educativos. En el caso del Instituto María Auxiliadora, debieron suspender sus clases porque dieciocho docentes quedaron varados entre Trelew y Comodoro Rivadavia. Otras escuelas públicas, que también vieron reducido su personal durante la jornada del lunes, optaron por redistribuir a los docentes para cumplir lo estipulado por el calendario escolar.
Los temporales de nieve y viento blanco registrados en la ruta 3 provocaron numerosos accidentes y largas esperas tanto a los vehículos particulares como a camiones y micros de larga distancia. "La odisea en realidad comienza el sábado. Teníamos que tomar el colectivo en Choele Choel y ya venía con tres horas de atraso, la unidad 3025 de Andesmar", relató uno de los pasajeros.
"De ahí salimos bien hasta que llegamos a Trelew y ahí estaba personal de la CNRT, los choferes venían con excesos de horas así que nos sacan los choferes. Nos avisan que el tránsito estaba imposible de circular por la ruta así que estuvimos ahí más de dos horas hasta que cambiaron los choferes. Creíamos que se habían llevado el micro para reacondicionar por el tema de la tormenta, por el paso de la Pampa Saramaca pero a las dos horas viene el colectivo y dicen “nos vamos, nos vamos, se abrió el paso y nos vamos”. Salimos de ahí, todo bien hasta Garayalde. Ahí se complicó el panorama. Llegamos a las 6 de la tarde a Garayalde y a los 6 o 7 kilómetros el colectivo se fue abajo", comentó.
Viento blanco
Siguió relatando: "lo sacaron los choferes maniobrando, no traían cadenas, no nos dieron la vianda, no había agua caliente, el baño un desastre. Empezamos mal. Al kilómetro y medio se vuelve a ir abajo el colectivo, lo vuelven a sacar, seguimos otro tramo más. No habremos andado más de 2 o 3 kilómetros y un auto se cruza en la ruta, por no embestirlo el Andesmar queda cruzado sobre la ruta inclinado hacia abajo. Ahí estuvimos hasta las once de la noche, en que decidimos los pasajeros bajarnos, los hombres, a empujar el colectivo y sacarlo de la posición en la que estaba. A esa hora había viento blanco que más o menos estaba en unos 80 kilómetros por hora el viento. Nos congelábamos porque la temperatura era de menos de 10 grados bajo cero por lo menos. Ahí logan poner una sola cadena porque no traían nada más que una cadena. No traían las dos cadenas, solo una de un solo lado. Hicimos unos 4 o 5 kilómetros de los cuales habremos demorado una hora en hacer ese trayecto y nos encontramos con una caravana de aproximadamente unos 5 kilómetros de vehículos entre autos, camiones colectivos. Ahí estuvimos hasta las 3 de la mañana, cuando aparecieron las maquinas de vialidad".
Choferes
Lentamente la caravana logró arribar a las diez y media de la mañana a Comodoro Rivadavia. Aclaró que "los choferes se portaron re contra de diez porque hicieron lo que no pudieron para brindarnos lo que tenían arriba, y después en el viaje cuidarnos en la ruta de venir a paso de hombre prácticamente para no que no se vaya otra vez el colectivo abajo y la calefacción tampoco andaba bien, estaba al mínimo porque tenían problemas de calefacción, no nos dieron ni una frazada. Otras veces siempre saben traer frazadas pero esta vez no traían nada. Yo creo que eso es problema más que nada de la empresa".
Al destacar que "nosotros más o menos nos pudimos mantener en la ruta" indicó que "había colectivos que estaban allá contra los alambrados. Uno volcó, un Don Otto estaba volcado con pasajeros lastimados. Camiones volcados a la orilla de la ruta. En realidad uno por ahí no toma dimensión de lo que es ese lugar en el invierno hasta que le toca vivir la situación. A mi ahora me tocó vivirla y me doy cuenta lo que es pasar por ahí en invierno. No solamente por ahí. Todo lo que es rutas en invierno con estos temporales de nieve".
Sin agua ni comida
Por su parte Ariana, madre de dos niños pequeños, sostuvo que en su caso "fue una cadena de mala suerte porque teníamos que abordar un avión del SOL el viernes y hubo paro de pilotos. Como mi esposo tenía que trabajar el sábado nos sacamos el primer colectivo en el que había asientos.Pudimos conseguir los únicos dos asientos que había libres desde Córdoba hasta Comodoro".
La mujer contó que "estaba medio fea la ruta y pasando Garayalde el colectivo casi vuelca, nos fuimos de la ruta, quedamos encajados y eso fue como a las cinco de la tarde y estuvimos hasta el otro día a las cuatro de la tarde que nos vinieron a buscar. Un muchacho se fue, se montó en una de esas máquinas que iban y venían y se fue montado a pedir ayuda porque no había nadie que nos pudiera ayudar. No teníamos agua, no teníamos nada para comer. Mis hijos estuvieron un día y medio y sólo comieron cuatro grisines que nos dieron los choferes. Todo un desastre. Nos morimos de frío. Después nos fuimos arriba que estaba más calentito. Después por suerte pudimos salir pero también vinimos a paso de hombre hasta donde pudimos, volcaron un montón de autos, camiones, un desastre".
Al llegar a Puerto Deseado el lunes recordó que "26 horas estuvimos parados ahí sin nada. Por suerte teníamos gasoil así que arriba estaba calentito pero abajo donde teníamos nosotros los pasajes estaba helado así que nos tuvimos que ir para arriba. Había de todo tipo de situaciones, gente llorando, gente que ayudaba a otra, gente con bebés chiquititos, enfermas, pacientes oncológicos, un desastre".
Solidaridad
En este contexto mencionó que "el chofer, de la bolsa de la basura donde recolectan las meriendas, revisó y sacó una bolsita de cuatro grisines y se los dio a mis hijos. Eso es todo lo que dieron de comida, porque encima una no se imagina eso, no va a comprar una provisión por las dudas. Nunca nos hubiéramos imaginado de comprar nada, no teníamos nada nosotros". Destacó que "gracias a Dios también hay que rescatar a la gente que fue muy solidaria. Había una señora que tenía un paquete de galletitas y repartió una galletita a cada uno de los chicos. Había dos litros de agua para todo el colectivo y se las guardaron a los bebés que tomaban mamaderas. Nosotros teníamos un poquito de leche en polvo y también repartimos. Yo me quedé sin pañales para la gordita, otra chica que tenía nos dio pañales".
Nieve y rock
Carlos Soto, quien venía desde Buenos Aires, mencionó que su viaje duró casi sesenta horas en un micro empresa de Condor-La Estrella. acotando que "fue una experiencia única, ya que estábamos a casi 150 metros de la estación de servicio, buscando agua, o algo para comer, ya que el colectivo ni agua caliente tenía ni para un café, ni menos algo para comer, nevaba fuerte durante horas
, y estábamos con las zapatillas empapadas de agua nieve". "De todos modos nos encontramos con una linda sorpresa en la noche del viernes, ya que en Garayalde estaba cenando con sus músicos un referente del rock nacional, David Lebón, que estaba haciendo una gira por el sur", finalizó.
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