El actor Lucio Cerdá
tiene la responsabilidad de encarnar al escritor Osvaldo Bayer con sus
cabellos blancos y una edad de aproximadamente ochenta años.
Esto sucede con el elenco del teatro nacional Cervantes en la obra de Rubén Mosquera “Las putas de San Julián”.
“Tener a Osvaldo al lado es tener al maestro en muchos sentidos para
nosotros; nos convirtió a nosotros en otra clase de personas, más
sensibles, más pensantes, fue una experiencia única”, declaró al
terminar la función en el cine teatro Español de Puerto Deseado.
El numeroso público que se encontraba en la sala tuvo una gran sorpresa y
vivió la emoción de ver que, junto a los dos actores que lo
representan, aparecía el mismísimo Osvaldo Bayer.
Con un paso lento pero con la firmeza de siempre, reafirmó las
convicciones de toda su vida y, al decir de Cerdá “a la vez que un gran
historiador, es un actor nato”.
Comentó el recorrido guiado que hicieron por el circuito “De cara a la
livertá” señalando que “nos llevaron por lugares donde la historia está
viva, y de esa manera se resignifica todo el espectáculo al venir a
Puerto Deseado... es una experiencia que no nos vamos a olvidar por
muchos años”.
Larga ovación
Una larga ovación del público coronó la presentación, auspiciada por la
Subsecretaría de Cultura del municipio. Osvaldo Bayer recibió a los
medios locales tras la función, y reflexionó con humor: “fui por primera
vez actor de teatro a los ochenta y seis años, un poquito tarde, pero
me gusta, me encanta, tiene un encanto especial estar allí arriba y
mirar al público”. “Me gusta esta versión teatral de Rubén Mosquera”,
agregó.
Consultado sobre los hechos que narra la obra teatral y que no pudieron
ser incluidos en la película “La Patagonia rebelde”, confirmó su idea de
que podrían ser parte de una remake del filme tan laureado y prohibido.
“Yo le propuse al director Olivera de hacer ahora el final que fue
prohibido y dar los dos finales, cuando los ingleses le cantan a Varela y
cuando las putas rechazan a los soldados, y creo que sería un gran
éxito, pero Olivera me dijo: -hemos sufrido tanto con esta película, que
no quiero revivir lo mismo... Vamos a ver si lo hacemos”, comentó,
poniendo de relieve su satisfacción por estos reconocimientos en
distintos lugares del país después de su exilio y las persecuciones que
sufrió.
Uno de los momentos inesperados de la función se dio cuando el actor
Lucio Cerdá mencionó que la ex calle Roca en Puerto Deseado fue
rebautizada como Osvaldo Bayer. Un aplauso espontáneo surgió desde las
butacas y obligó a detener por algunos instantes el diálogo entre los
personajes que representan al prestigioso historiador.
Sensibilidad
El autor y director de la obra, Rubén Mosquera, comentó que “este
proyecto resultó para todos los que participamos, un espacio de
militancia teatral, que hizo poner el cuerpo a las actrices hasta el
límite mismo del dolor físico, a los golpeadores a padecer por enfrentar
la propia anatomía a sentir como lo hace un torturador, y al conjunto a
estar al borde de la sensibilidad a flor de piel pasando por el cuerpo
los recuerdos y los valores íntimos y personales, para contribuir a una
historia que nos interpela como sociedad”.
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