EL ORDEN DIGITAL

domingo, 7 de noviembre de 2010

FALLECIO LA DOCTORA CARLOTA BIEGMAN DE ROSTAGNO

La doctora Carlota o doña Carlota como muchos la llaman, llegó a nuestra localidad a fines de la década del 50, acompañando a su esposo el Dr. Juan Carlos Rostagno, en busca como muchos de prosperidad. Desempeñó su profesión en una localidad que carecía de muchas comodidades, cuando el clima era mucho más riguroso que hoy. Para esta época se sumaba a la asistencia brindada por el hospital local, la inauguración del policlínico ferroviario, para cubrir la atención médica y odontológica del personal y sus familiares. Para ello se habilitó el edificio vecino a la estación, llamado vulgarmente “la casa de piedra”. Esta casa fue destinada a cubrir los servicios médicos asistenciales: clínica médica, cirugía, obstetricia quién la tuvo para 1957 como médica, Directora y asistente de los pacientes.


Cuando el 27 de julio de 1968 se funda la Cooperadora del Hospital Distrital de Puerto Deseado, ella con la solidaridad que la caracteriza se transformó en su primera Presidenta, durante su gestión se costeó la construcción del recordado solario, obra de gran utilidad para que los ancianos alojados en el hospital, ya que aun no se contaba con el hogar de ancianos, en este sitio pudieran tomar sol, jugar a las cartas, y escuchar la radio.

Un colega suyo el Dr. Cevasco cuenta en el libro que escribió recientemente, que en oportunidad de conseguir una incubadora moderna para el hospital de la localidad, antes de este logro, tanto en el nosocomio como en el policlínico ferroviario, existían unas incubadoras a lámpara, que no eran otra cosa que una caja metálica con una lámpara de 150 o 200 watts con las cuales se mantenía en su interior, mediante un rudimentario termostato, la temperatura aproximada a los 37º C. No obstante la precariedad de esta incubadora, la Dra. Rostagno supo sacar adelante con ella a prematuros en algunos casos niños con un peso menor a un kilogramo.

Llegados nuevos tiempos, en que la localidad crece y en varias oportunidades se consulta acerca de los nombres que deberían llevar las nuevas calles, son ex pacientes los que recuerdan con gran cariño a ésta médica, quién fue la primera pediatra que muchos tuvieron en la infancia, que con dulzura y calidez, atendía sea de día o de noche, porque ella no tenía problemas de ir a domicilio a cualquier hora de la noche. Que emocionara a esos pequeños pacientes, transformados hoy en personas adultas al encontrarla, lúcida, firme, bella por dentro y por fuera, quienes al acercarse a saludarla los reconoce y les recuerda sus mañas de la niñez.

Alejada durante algunos años de la localidad, ya que acompaña a sus hijos durante sus estudios universitarios, regresa a Deseado hace casi una década. En mayo pasado habia cumplido sus noventa años.

ARCHIVO HISTORICO MUNICIPAL

1 comentario:

Susana Marenco dijo...

La Dra. Biegman, Carlota, asistió a mi taller de pintura durante unos cuantos años, siempre sencilla y sin embargo con la dignidad y la apostura de una reina. Hoy me enteré de su paso, y quiero dejar mis respetos a una persona digna, generosa, seria y a la vez muy afectuosa.
Desde Buenos Aires, Susana Marenco