UN DIA DE FURIA
Fue tras la sentencia por el
crimen de Rodrigo Remolcoy
"Es increíble el humo, no se ve nada... la policía está reprimiendo", informaba ayer, pasadas las catorce y treinta, la cronista de Radio Desiré, describiendo el panorama de auténtica batalla campal que se vivía entre el edificio del Museo Mario Brozoski y el Registro Civil de esta ciudad, donde varios centenares de personas se habían dado cita para conocer la sentencia del tribunal presidido por la jueza Cristina de los Angeles Lembeye.
Gritos, llantos, corridas, golpes y una situación inédita en la historia de Puerto Deseado requerirán seguramente una investigacion seria, profunda y sin condicionamientos para establecer las responsabilidades de la violencia desatada en la tarde del jueves, tras conocerse la sentencia de la Cámara.
Ya en horas de la mañana, luego de escuchar los alegatos de fiscales y defensores, los familiares de Rodrigo Remolcoy, asesinado en marzo del 2008, se presentaron a los medios locales, manifestando su indignación y convocando a la población para manifestarse pacíficamente en inmediaciones de la sala donde se desarrollaba la audiencia.
Pruebas perdidas
Patricia, la madre del infortunado joven, cuestionó duramente los argumentos de la defensa, al señalar que "parece que el delincuente era mi hijo, ya que el doctor Palenque lo único que sabe decir es que los "Pajaritos" (como se conoce a los acusados) son los mejores, cuando todo el pueblo sabía todo lo que habían hecho". "Estoy cansada, y tuve que salir de la audiencia porque es una vergüenza... se perdieron pruebas contundentes y según el abogado ninguno de los testigos coincide, cuando todo el pueblo sabe que fueron los Pajaritos", dijo, mencionando a los hermanos Alvarez. "Mi hijo no se mató solo y le dieron en las partes claves para matarlo", enfatizó en declaraciones a FM Desiré.
En este contexto explicó que prefirió salir de la sala "porque ya no aguantaba estar ahí, porque estos jueces son unos sinvergüenzas, están ganando el sueldo gratis, a costillas de todo el pueblo". "Salí de ahí porque si me quedaba iba a revolearles una silla por las cosas que estaba escuchando", remarcó.
Los pedidos del fiscal
En medio de su llanto, Verónica Remolcoy también formuló declaraciones, afirmando que "el Juzgado no hizo nada... para los que escucharon el juicio, faltaban pruebas, los testigos no fueron concisos, no declararon lo que habían declarado anteriormente". La joven recordó que el pedido de la fiscalía a cargo de Carlos Reartes fue una condena para Javier Sergio Alvarez de seis años, como partícipe secundario, y quince años para Emiliano Alvarez, como partícipe necesario. El menor, Gastón, quien se autoinculpó en la primera jornada del juicio, no tuvo ningún pedido de prisión debido a su edad.
"Parece que esos treinta días fueron en vano... se vino todo abajo", se lamentó, al hacer referencia a la permanencia de numerosos vecinos en las carpas ubicadas en su momento frente a la comisaría local.
El desborde
Tras darse lectura a la sentencia del tribunal, un grupo de manifestantes se dirigió hacia la parte posterior de las instalaciones del museo. "En ese momento el personal de Infantería se les vino encima y empezó la batalla", relató Luz Ahumada, cronista de la radioemisora municipal AM740, quien también veía pasar a su lado bombas de humo y balas de goma disparadas por las fuerzas policiales arribadas desde Río Gallegos. La represión fue respondida con piedras por parte de los vecinos reunidos en el lugar, y la situación se descontroló absolutamente.
"Me dio miedo lo que estaba pasando, y quise parar a la gente, pero tenía miedo que me pegaran a mí", declaraba horas después Verónica Remolcoy.
Mientras se desarrollaban las transmisiones radiales en directo, los cronistas recibían como muestra los cartuchos de los proyectiles policiales y se acercaban niños y adultos lastimados. "Lo vemos herido también al comisario", reveló Erica Mera mientras contaba los acontecimientos frente al Juzgado. En efecto, una de las balas de goma disparadas indiscriminadamente por las fuerzas represoras hirió en la frente al titular de la comisaría, Carlos Ayuso. Los jueces huyeron en un vehículo fuertemente custodiado.
Otros testimonios
Mercedes Castillo declaró que "la Policía comenzó a reprimir, y por eso la gente reaccionó como reaccionó", relatando que "pasaron por la casa del juez Oldemar Villa y rompieron la reja", tras lo cual se dirigieron a la vivienda particular del fiscal Ariel Quinteros, donde también produjeron daños y bajaron todos los vidrios. "La Policía comenzó enfrentando a la gente, cuando había chicos y familias", insistió. La confusa situación dejó un saldo de varios heridos -tanto entre los manifestantes como entre los policías- que fueron atendidos en el Hospital Distrital de la ciudad, produciendo lesiones en uno de los camarógrafos del canal 2
Las condenas
El veredicto del tribunal oral determinó una condena de trece años de prisión para Emiliano Alvarez, dejando libres a Juan Francisco Ibáñez y a Javier Sergio Alvarez, a quien alcanzó el "beneficio de la duda".
Jury de enjuiciamiento
Informado de la grave situación que se vivía en la zona cercana al Museo -en cuyo entorno se encuentran tres establecimientos educativos y un gimnasio municipal- el diputado Roberto Fernández abandonó por unos minutos la sesión de la Legislatura y advirtió que "esto no va a terminar así", recordando que la familia Remolcoy cuenta con la posibilidad de recurrir al Tribunal Superior de Justicia.
Anticipó el legislador que promoverá un "jury de enjuiciamiento" para "someter a juicio a los magistrados que han cometido errores".
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