Amada mía, querida mía,
Ay, Patria mía.
De tumbo en tumbo,
se pierde el rumbo de la alegría.
¡Vamos arriba!
que no se diga que estás llorando;
que tus heridas
mal avenidas se irán curando.
Defiende tu derecho a la vida
y juntos seguiremos andando.
ALBERTO CORTEZ
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